Domingo » Juan Pablo Villamil (Morat)

6. Primera cita

Yo sé que lo nuestro va ligero de equipaje

Que no es tan alto su kilometraje

Y todo siempre es bueno las primeras veces

(Primeras veces - Morat)

Ha sido un viernes del infierno.

Estoy en exámenes parciales de la universidad, así que casi no he dormido. Fue semana de inventario en la tienda de música, así que el trabajo pareció cuadruplicarse. Tengo ensayo con La Joven de 6 de la tarde a 8 de la noche, y en lugar de descansar, estamos aprovechando el receso para terminar trabajos. Uso el plural, porque la mayoría somos estudiantes de música, así que todos estamos pasando por lo mismo.

Estoy esperando que un profesor suba la nota de un examen en el que puede que no me haya ido muy bien, así que cuando mi celular vibra, de inmediato lo desbloqueo.

Mi corazón hace un baile raro cuando veo su nombre en la pantalla.

Nueve: Hola, Pick

Val: Hola, Villa

Nueve: ¿Está ocupada?

Val: En receso del ensayo de La Joven

Nueve: ¿A qué hora acaba?

Val: A las 8. ¿Por qué el interrogatorio?

Nueve: ¿La puedo recoger? Quisiera verla

Es un juego de palabras peligroso el que ha elegido usar.

Un "quiero hablar con usted" sería más profesional y más cuidado. Un "quiero verla" se lee, como mínimo, raro.

Val: ¿Pasó algo?

Nueve: Más o menos, pero también quiero verla y ya

Vale: Ok. Ensayamos en el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo

Nueve: Estaré allá a las 8. ¿Le llevo algo de comer?

Vale: No rechazo comida, ya lo sabes

Nueve: 😉

Solo han pasado 5 días desde el que llamo en mi mente El Día del Quiz.

Jen también está en exámenes, así que apenas nos hemos visto, lo que hace que no tenga idea acerca de qué rayos está pasando.

Pero supongo que además de su sex buddie, Villa también es mi amigo, así que no debería ser raro que me recoja luego de mi ensayo, ¿verdad?

O eso me digo a mí misma hasta que, una hora más tarde, salgo del ensayo con mi violín colgado en un hombro y mi mochila en el otro. Me despido de mis compañeros con un gesto de la mano, y bajo a saltos las escaleras del teatro hasta el andén, donde lo veo recargado en la puerta de su auto.

Cálmate, corazón traidor.

Sonríe cuando me ve.

- Hola, Pick

- Hola – Le devuelvo con una sonrisa.

Va vestido con unos jeans, una camiseta azul oscura y una chaqueta café.

Solo así, se ve increíble.

Me recibe el violín y lo deja con cuidado en el asiento trasero. Luego, abre la puerta del copiloto para mí. Me dejo caer en su auto, que está inundado por el olor que despide una bolsa de comida que está sobre el salpicadero.