Wounded - Symbrock

Boda

La boda llego en el décimo mes.

Eddie sintió la melancolía por la mujer que amaba como un leve pinchazo, sin embargo, observó a Venom a través del espejo, a su lado mirando atento su corbata mientras intentaba anudársela y la sonrisa boba fue inevitable. Tras muchas bromas y tonterías, habían decidido vestirse a juego, no sin antes preguntarle a Anne si el simbionte podía asomarse o eso asustaría a los invitados. Todos habían sido advertidos para evitar sorpresas, dándoles el visto bueno a ambos. Decidieron que el humano usaría un traje completamente blanco con una corbata negra, mientras que el alienígena llevaría únicamente una corbata blanca. También se pusieron de acuerdo en que Venom debía mantener el menor tamaño posible; lo suficientemente grande cómo para ser visto a la lejanía, pero lo suficientemente pequeño para no asustar a nadie más de la cuenta.

La boda iba a ser algo pequeña, los invitados se resumían en familiares y amigos cercanos. La ceremonia había sido realmente bonita y Anne lucía más deslumbrante que nunca, con una sonrisa de oreja a oreja, el precioso vestido blanco de encaje y el pelo en un recogido dorado. La vergüenza había teñido de colorado su rostro mientras Dan sonreía meloso a la hora de decir los votos y cuando finalmente intercambiaron anillos, la capilla se había llenado de chiflidos y aplausos, celebrando a la feliz pareja.
Venom comió todo lo que quiso durante la fiesta, mientras Eddie hablaba con algunos invitados levemente aterrados por la extraña criatura. Intentaba ser lo más amable y encantador posible, aún con el padre de Anne que se había esforzado en dejarle claro que lo culpaba por el despido de la rubia a través de miradas molestas y comentarios "casuales" muy intencionados. El simbionte le gruñó tras uno especialmente hiriente y Eddie huyó de la escena para bailar de a tres con la novia durante el vals.

- Te ves preciosa, Anne, me alegra que hayas encontrado un hombre con el cual ser feliz.

La mencionada soltó una carcajada cuando Venom agregó halagos hacia la comida con adorable vehemencia. Mantuvieron una charla suave y amena mientras la música sonaba de fondo y Brock guiaba los pasos. La canción termino segundos después y Eddie se retiró del lugar dejando a la pareja protagonista reunirse, acariciando la cabeza del simbionte mientras bebía algo de vino, genuinamente feliz por la mujer que sonreía enamorada hacia su ahora esposo.

Una niña tiró suavemente de su pantalón para llamarle la atención mientras Eddie se reía de las burlas de Venom dirigidas a las vestimentas agenas. Debía tener unos siete años, en un voluminoso vestidito amarillo, y zapatitos negros, con castaños rizos y el rostro repleto de emoción al ver al simbionte.

- Disculpe ¿Puedo tocar a su...? – en lugar de terminar la oración, señalo al objeto de su entusiasmo.

- Claro, estoy seguro de que a mi pareja le encantará.

Respondió agachándose en el suelo, permitiendo que el rostro infantil quede a la misma altura que el simbionte. La castaña dirigió sus manos a la negra cabeza tras un ilusionado "Woow se ve realmente genial, ojalá mamá me dejara tener uno de estos".

- ¿Somos pareja? – la criatura se dejó mimar complacido por la falta de pavor en la pequeña niña.

- Claro que lo somos, cariño.

La infanta soltó una pequeña risita y se alejó corriendo luego de que su aterrada madre la encontrara. El simbionte se abalanzó contra el humano, con los ojos fuertemente cerrados y una enorme sonrisa, apoyando sus frentes juntas, ignorando las curiosas miradas.

Porque siempre habían visto a Eddie de esa forma; siempre juzgándolo, murmurando en sus espaldas cuan extraño era, pero ya no podía afectarle cuándo Venom estaba a su lado, amándolo en cada momento.

- ¡DEBERIAMOS CASARNOS!

- Tal vez, en el futuro.

Fin.