Capítulo 14

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Penúltimo capítulo de 3 partes del libro :3 Por favor comenten.

Canciones: 

Lana Del Rey - Born To Die

Radiohead, "Creep"

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Lo gracioso de todo el asunto es que ella jamás lo aceptó en Instagram y no planeaba hacerlo. No tenía nada en su perfil que a un chico como él le pudiese interesar, era como la mayoría de perfiles: sin estilo, con fotos de paisajes, comida, animales, y uno que otro con amigos.

Desee las cinco de la mañana no pegaba un ojo. Toda la noche su cabeza dio vueltas con pensamientos desorganizados sobre todo tipo de temas, al punto de sentir que en cualquier momento enloquecería. A pesar de todo, logró sacar una conclusión. 

Mientras Aaron bajaba por las escaleras a por el desayuno, Dylan lo esperaba en silencio. Desde el primer momento él la notó con una distante actitud la cual justificó con falta de sueño. Aaron entonces le contó un problema similar, tuvo sueños que definió como extraños. 

—Son como escenas —dice—. Eran personas que decían que debías irte. Y luego, un millonario nos ofreció dinero... Creo que tu amigo Aiden estaba también. Ahora no lo recuerdo. 

Seguido hizo un gesto de dolor de cabeza. 

Se suponía que debieron borrarle aquel recuerdo, ¿Cómo es que aún tiene fragmentos? 

—No fue un sueño —Habla Dylan. Aaron para de comer y levanta una ceja junto una mueca divertida—. Hace tiempo te conté sobre mí y que saco fuego. 

Aaron parece divertido.     

—Lo recuero—responde—. No quisiste admitir que quemaste el pollo e inventaste esa loca historia. 

Se ríe. 

—Ya olvídalo, no fue para tanto. 

— ¿No fue para tanto? —Se levantó de golpe poniendo las dos manos sobre el mesón—. Se lo que vi, Aaron no estoy loca. 

—Entonces enséñame. 

Y Dylan volvió a sentarse. 

Que rabia le daba. Sin embargo su rabia no era suficiente como para encender su maldita mano. Jamás pasaba cuando ella quería. Sólo pasaba. 

—Dylan, no sé si intentas asustarme o... 

—Aaron —le corta, ya más tranquila—. Tengo miedo. Esto no es una broma, te lo juro. 

Insistió casi con lágrimas en sus ojos sobre la realidad de ese sueño. Esas personas eran reales y le estaban mintiendo. 

—Ellos insisten en que te lo dirán pero ayer te borraron la memoria. 

Dylan ya no podía más, se acostó sobre la barra a llorar. 

Fue cuando su hermano cruzó el mesón para abrazarla mientras continuaba llorando desgarradoramente. 

A sollozos le repetía que era cierto, necesitaba creerle y que debían largarse de este lugar lo más pronto posible. No podían hacerlo, y no podían usar esa tarjeta para pagar sus vuelos. A donde vayan ellos lo sabrían. 

Solo les quedaba desaparecer. 

—Dy, no entiendo por qué de pronto te quieres ir. 

Cuando logró calmarse, lo miró a los ojos y vio en ellos la mirada de su madre. Se veía preocupado por ella y también confundido. 

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