~ 𝑻𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒕𝒓𝒆𝒔 ~

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~ 12 de febrero de 2012, 14:09 p

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~ 12 de febrero de 2012, 14:09 p.m. ~

El Sol entraba por la ventana atravesando las finas cortinas, la luz en mis ojos hizo que los abriera. Con un quejido me giré hacia el otro lado, intentando seguir durmiendo un poco más. Él aún dormía, parecía no inmutarse por la claridad.

Posé mi mano en su mejilla y le di ligeros toquecitos con el dedo para comprobar que de verdad estaba dormido. No se enteraba de nada. Sonreí.

Intenté conciliar el sueño de nuevo, pero ya no podía. Me quedé mirándole, ahí dormido parecía hasta bueno. Él alzó su mano para cubrirse la cara, aún dormido. Le miré el tatuaje de la mano y lo acaricié con mis dedos.

Mi mente se puso a divagar nuevamente; ya habíamos hecho todo lo que ambos llevábamos queriendo desde la pasada Navidad. Pero ¿y ahora qué? ¿debería irme? ¿me quedo? no tenía ni idea de qué hacer. Seguía pensando que quizá tras eso Shuji habría conseguido lo que quería.

Y me dolió el pecho al pensar aquello.

¿Qué quería yo? Tampoco lo sabía, pero no quería irme de allí. Me incorporé un poco, apoyando mi espalda en el cabecero de la cama y me quedé medio sentada ahí, mirándolo.

Mientras pensaba no me había dado cuenta de que él tenía uno de los ojos abiertos y me estaba mirando.

 —Buenos días, enana —dijo en un gruñido y con la voz somnolienta—. ¿Qué me miras tanto?

 —¿No estabas dormido? —pregunté.

 —Estaba, pero piensas muy alto, calla un poco —no me lo dijo de malas maneras y se acercó a mí, apoyando su cabeza en mi pecho y abrazándome con uno de sus brazos—. Tengo resaca, al final parece que sí bebí bastante, te toca a ti cuidarme hoy —me acariciaba el costado con sus dedos.

 —¿Tienes algo para la resaca? Yo también me noto igual —estaba nerviosa, no me había sentido así con ningún chico tras acostarme con él, pues o bien me iba, o todo seguía tan normal como siempre. Apoyé mi mano en la piel de su espalda y empecé a trazar círculos con las yemas de mis dedos.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍𝐒 || 𝐇𝐀𝐍𝐌𝐀 𝐒𝐇𝐔𝐉𝐈Where stories live. Discover now