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Nota:

Este capítulo es largo y... Bastante peculiar.

Antes que nada, advierto que tiene spoilers del capítulo 209 del manga (poquitos diálogos, pero mejor aviso xd). Entiendo que muchos no van a querer hacerse spoiler, pero es algo clave de esta historia... Así que marcaré diferente la sección que pueden omitir, que es la que transcribí tal cual del manga, lo demás es creación mía. La verdad quedará extraña esa parte si no se lee, pero bueno, cada quien decide.

Y~, también tomaré un extracto de mi one shot "Saturn". No sé cuántos de ustedes lo habrán leído, pero si no lo hicieron no importa (los invito a hacerlo de todos modos XD). Lo que haré será adaptarla y... bueno, ya verán a qué me refiero.

Sin más, aquí el capítulo, espero que lo disfruten :)

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Las personas con magia tienen afinidad por cierto elemento de la naturaleza, estipulado mayormente por el temperamento* de su portador. Los afines al viento tienden a ser entusiastas, amistosos, confiados en lo que hacen, pero sin dejar de lado el compañerismo. Quienes conectan con la tierra son organizados, eficientes, diplomáticos y objetivos, poseen un gran sentido del humor y prefieren la practicidad antes que lo engorroso.

Por otro lado, tenemos a los elementos comúnmente asociados como opuestos: el fuego y el agua. Mientras que los primeros son líderes innatos, enérgicos, productivos, optimistas e independientes, los segundos se caracterizan por ser sensibles, delicados y creativos; idealistas, sí, pero analíticos de las situaciones, minuciosos en lo que hacen y leales ante quienes lo merecen.

Conocer esto facilita al humano familiarizarse con su poder cuando recién interactúan, es decir, exponerse al medio ambiente donde dicho elemento predomina beneficiará que se acoplen y se entienda. No obstante, esto no significa que su manifestación sea acorde con la propia materia del elemento en cuestión.

La magia yace latente en el corazón de sus portadores hasta que se le permite salir, casi siempre manipulada bajo la voluntad de su dueño, adoptando la forma que prefiera, ya sea tangible o no. Convertirla en suaves brisas que reconforten a otros, volverla una poderosa una luz que ilumine el oscuro camino, crear una flor que se mantenga viva eternamente, sanar heridas con la capacidad curativa del agua... Son solo ejemplos de la ayuda que puede brindar.

Pero si algo aprenden desde el inicio todo aquel que decide hacer contacto con su núcleo, es que la magia está viva; a final de cuentas, es un trozo de la esencia misma de los seres ancestrales que la obsequiaron a los humanos.

Es caprichosa. Voluble. Imprevisible.

Siempre esperando calmada para manifestarse de la manera en que quiere cuando el hombre inexperto deja una abertura. O cuando se deja dominar por sus emociones, principalmente la ira.

El mago cuya afinidad era el elemento del agua, siempre cauteloso, reacio a mostrar sus emociones verdaderas y mentiroso sobre su identidad, se dejó cegar por el enojo. Su magia se desbordó sin medir consecuencias, adoptando la forma que iba acorde con la rabia que estaba experimentando al ver que su amado fue herido.

Los verdes pastizales ennegrecieron, quemando incluso la tierra que se volvió estéril. El calor era tanto que el agua del rio comenzó a evaporarse, restringiendo la entrada de oxígeno a los presentes que ni siquiera tuvieron tiempo de escapar. Estaban encerrados dentro de un muro de fuego dorado junto con el ser que, en definitiva, no era el Gen Asagiri que conocieron alguna vez.

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Esta historia se remonta hace mucho, mucho tiempo; o quizás, ocurrió hace un segundo, no lo podemos saber.

A través del reflejo/SenGenWhere stories live. Discover now