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El invierno arribó plenamente de un día para el otro, trayendo consigo fuertes ventiscas y nublando el cielo a toda hora, avisando que en cualquier momento podría nevar. Particularmente esa mañana fue oscura, pero el clima no sería un impedimento para los planes que Senku tenía esa noche. Aun así, prefirió anticiparse ante cualquier imprevisto, y por si las dudas, llamó a cierto ente que demostró ser capaz de controlar a la madre naturaleza.

— ¡Ey! Necesito que vengas —ordenó a una vasija con agua, sin recibir contestación.

Chrome no tardaba en volver para comenzar el ensamblaje de las bombillas dispuestas en serie sobre la mesa del laboratorio, por lo que volvió a insistir, apretando esta vez los puños y dientes debido a lo absurdo que se veía. Pero en realidad no se le ocurrió de qué otra forma contactarse, anteriormente no tuvo un motivo para verlo, él lo visitaba por cuenta propia.

— Senku-chan, Kaseki me pidió que-

— ¡Llegas a tiempo, mentalista! —le interrumpió—. Conoces al espíritu de agua ¿cierto? Dile que venga a verme.

— ¿...El espíritu? —inclinó la cabeza de lado—. ¡Ah! Te refieres a esferita-chan~.

— ¿Esferita-chan? ¿Qué clase de nombre ridículo es ese? —se burló.

— Nunca me ha dicho su nombre, sólo le puse un apodo —se encogió de hombros, y luego se dirigió a la vasija.

El científico cayó en cuenta de que sería extraño que el espíritu se presentara frente a Gen usando la apariencia de Gen, por lo que intuyó que se manifestaba en forma de luz, de ahí el apodo. También se percató de que tampoco conocía su nombre, en su cabeza simplemente los llamaba Gen 1 y Gen 2, o espíritu y mentalista, no le importaba en lo absoluto.

— Hace tiempo que no lo veo, me pregunto que le pasó~.

Colocó ambas manos sobre el recipiente, dejando caer unas cuantas flores de hierba mora y recitó una especie de poema. Senku se acercó para apreciar con detalle lo que hacía, pues además del espíritu jamás presenció a alguien más usar magia, mucho menos a otro humano.

Le pareció fascinante cómo de sus palmas emergió un destello violáceo, similar a la neblina por su densidad, pero que parecía tener vida propia. El laboratorio se inundó con la fragancia de un campo de flores, mientras el agua de la vasija se arremolinaba de forma peculiar. La hierba mora se hundía y emergía en un baile sin música de acompañamiento, pero además de ese espectáculo, no vieron señal de quien buscaban.

— Imagino que debes tener una idea de lo que estoy haciendo —dio por hecho Asagiri—. Ah... parece que no está disponible para contestar una videollamada~.

Retiró sus manos y las unió dentro de sus enormes mangas, permitiendo que el líquido en la vasija se quedara quieta a la par que desaparecían las partículas de luz.

— ¿Cómo funcionan los espejos de agua? —cuestionó, examinando de cerca las flores que continuaban nadando.

— Mm... No. Lo. Sé~ —sonrió sinceramente—. Simplemente pienso en lo que quiero que suceda y ocurre; aunque se escucha fácil, tuve que practicar muuucho tiempo.

— Pero deben existir reglas detrás de la magia, así como en la ciencia —insistió­—. El espíritu usaba ese truco y tú lo aprendiste, ¿cómo fue? ¿es una clase de hechizo lo que recitaste?

— Bueno-

— ¡Senku! Todo esta listo... Ah, ¡hola Gen! —saludaron desde la puerta— ¿Interrumpí algo?

— Nada importante, Chrome-chan~. Sólo vine a avisar que Kaseki necesitaba la supervisión de Senku-chan para algo, y ya que pasé la información, me retiraré~.

A través del reflejo/SenGenWhere stories live. Discover now