Cap. 30

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Me deshago del abrazo de mi esposo, no sin antes plantarle un suave beso en los labios. Me seco todo rastro de lágrimas de las mejillas y respiro profundamente.

-Parezco una nenita histérica.

La risa masculina de Luke inunda mis oídos. Tiende una mano y me agarra por la cintura para atraerme hacia sí.

-Esto de tus escenas me recuerda que a pesar de estar sonriendo todo el día, tú también te quiebras y eres débil.

Alzo la mirada hasta llegar a sus ojos Azules que me observan llenos de amor. Desprendo dos botones de su camisa playera y me sostengo de allí como si me hiciera falta.

-Soy un poco frágil -digo encogiéndome de hombros con fingida inocencia.

Sé que seguramente mis ojos están hinchados y mi maquillaje se ha deslizado hacia abajo dejándome ríos negros en las mejillas, pero hace mucho dejé de escapar de los brazos de Luke cuando tenía ganas de llorar. Simplemente entendí que él puede estar junto a mí cuando río así como cuando lloro. Igualmente como yo estoy para él en las buenas y en las malas.

-¿Vamos a ir a la playa hoy? -Me pregunta intentando cambiar el tema.

Asiento levemente y él me planta un beso en la boca.

-Mañana quizá pueda llevarte de compras -me dice con aire insuficiente.
-Eso me haría feliz. -Le sonrío tiernamente.

Se ríe y me suelta, se aleja un poco de mí.

-Entonces iremos -afirma y sale del baño-. Ponte el bikini que más tarde bajamos a la playa.

Le regalo una sonrisa a la vez que le brindo un asentimiento. Él desaparece de la habitación dejándome mucho más calmada y respirando regularmente.

La playa está atestada de gente, con Luke intentamos tener a los niños cerca y al alcance de nuestras vistas. Todos llevan una heladera, sobrillas, reposeras y juguetes para la playa. No faltan las sonrisas, los chistes, los gritos, los enojos y los niños que corren y llenan de arena las lonas.

-¿Te quedas sola con los niños? -Me pregunta Luke poniéndose de pie.
-¿Qué? No, sola no. -Frunzo el ceño y lo observo por debajo de los lentes de sol-. ¿Dónde vas?

-Ya vengo, solo quédate con los niños.
-Luke, no puedo quedarme con los tres yo sola.
-Bueno, me llevo a Austin.

El pequeño alza la vista al escuchar su nombre e intenta entender de qué va la conversación.

-No, Austin es el más tranquilo -me quejo-. Llévate a Meg.

Luke abre bien los ojos. Megan es la más tormentosa de los tres niños.

-Ashley -dice intentando negociar.
-Megan-contraataco.
-Ashley o Austin.
-¡Megan! -Grita la niña corriendo hacia la pierna de su papá.
-¿Te vas con papi, Meg? -Le pregunto dulcemente.

Luke alza la vista hacia mí y me fulmina. Le tiro un beso mientras me río burlescamente.

-Si, si, si, voy con papi -dice y le tiende los brazos a Luke.

Mi esposo toma en brazos a Megan y le besa la mejilla.

-Ponle las sandalias, Hemmo.

Luke asiente y deja a Megan en la reposera de él para luego colocarle las sandalias rosas.

-¿Dónde vamos, pa?
-Ya verás -responde Luke en un cantito.

Busco a Ashley con la vista y me encuentro con ella armando un castillo de arena con Austin. Su hermano mayor la ayuda a llenar el balde y ella luego lo desmolda, pero como la arena no está mojada, no se mantiene armado y queda como una desparramada montaña de arena. Repiten la acción intentando armar un castillo.

La Bella Y La Bestia ll [Luke Hemmings Y Tu Terminada]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant