Cap. 11

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Recién vestida y con el cabello húmedo, me asomé en la habitación de Megan. La cama tendida, nadie a la vista. Me encogí de hombros y seguí mi paso hasta la habitación de Ashley. La cama tendida, nadie a la vista. Un poco extrañada, pero encogiéndome de hombros, llegué a la habitación de Austin. Igual a las dos anteriores, la cama tendida, nadie a la vista.

-¡Luke! -grité.

Salió de la habitación mientras despeinaba su húmedo cabello.

-¿Qué hay?

-No hay nada, eso ocurre. Los niños no están en sus habitaciones.

Alzó una ceja y se acercó a mí. Me tomó la mano y comenzó a caminar, haciendo que yo fuera tras él. No me gustaba nada, pero tampoco quería pelear y sería una estupidez reprocharle por aquello. Me condujo hasta las escaleras que conducían a la tercera planta.

-A mí se me podría haber ocurrido eso -dije frunciendo el ceño.

-Pero no se te ha ocurrido -rió divertido.

Apenas comenzamos a subir las escaleras, sentí las risas y ruidos que los niños provocaban. Ya decía yo que eso era un muy buen lugar, perfectamente diseñado para los tres diablillos.

-No hables, quiero verlos jugar -me dijo cuando me dio paso para ir primera.

Asentí con la cabeza, yo también quería verlos jugar. Siempre hacíamos de esas cosas, cuando Luke no viajaba tan a menudo. Era lindo ver a los tres pequeños compartiendo juguetes e imaginando extrañas y divertidas aventuras con sus muñecos y accesorios.

-Con permiso, bella dama -dijo Austin.

Luke contuvo una risa y se pegó a la pared junto a la puerta, justo igual a mí.

-Si, disculpe, señor bello.

Ahora Luke tuvo que taparme la boca para que no largara una carcajada.

-Es usted mu beno -dijo Megan.

-¡Pásame a Tedy! -Gritó Ashley-. ¡Es la hora del té!

Los grititos de emoción y el revuelo que se armó allí dentro, era para grabarlos. Aunque no los estábamos observando, solo escuchábamos lo que hacían. Estábamos absolutamente seguros de que llevaban disfraces y todo estaba desparramado por cualquier lado.

-Austin, ¿por qué no llevas el traje pesto? -preguntó Meg.

-Porque no me gustan esos trajes, Meg -le respondió al instante.

-Beno -dijo la niña-, quelo mucho té para mí y mis tes niñas.

-Marchan cuatro tazas de té para ellas -dijo Austin en un cantito.

-Señor mozo, señor mozo -gritó Ashley-. Yo tambén quelo una taza de té pata mí.

-Oh, entonces marchan cinco tazas de té para ellas -volvió a cantar.

Luke sonrió mientras observaba a la nada, sabía que a él también le hacía feliz saber que los niños eran felices.

-¿Luke? -pregunté en un susurro.

Volteó la cabeza y pegando su mejilla a la fría pared blanca, me observó. Alzó ambas cejas, dándome a entender que me estaba escuchando para cuando yo quisiera hablar.

-¿Vamos a desayunar?

El asintió e hizo amague para moverse, pero la conversación de los niños nos detuvo.

-... en serio -concluyó Megan.

-¿Mamá te dijo, Meg?

-Si -respondió tiernamente-, y dijo que ama a papá, mucho, mucho, mucho.

La Bella Y La Bestia ll [Luke Hemmings Y Tu Terminada]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن