Un sonido en la planta baja me hizo sobresaltar. Debía ser Luke.

Salí de la habitación de Megan y me paré en la escalera, observé la puerta y nada.

Maldito seas, Hemmings.

Di media vuelta y comencé a caminar por el pasillo.

Una llave me hizo volver a donde estaba parada antes y observé la puerta. Esta, se abrió y luego vi a un Luke empapado.

Alcé una ceja y me crucé de brazos.

-Maldito auto, Andrew bastardo, vida de mierda, sorete, caca, gente molesta, lluvia asquerosa, quiero dormir, tengo sueño, me muero de hambre, tengo frío...

Volteó y alzó la mirada. Bufó y cerró la puerta de un solo golpe.

-No te he hecho nada, no me culpes, Luke.

-¿Qué haces despierta?-preguntó mientras se quitaba los zapatos.

-Espero a mi esposo, que llega a cualquier hora y empapado.

-______, no empieces con tus deducciones que solo nos llevan a discutir.

Comencé a bajar las escaleras mientras lo observaba.

-¿Hay algo para cenar?

-No.

Bufó y se quitó los calcetines.

-¿Nada de nada?

-Nada-respondí-. Pensé que si venías a esta hora, ya habías cenado.

-No estoy para tus molestias, amor. ¿Quieres dejarlo para mañana? Estoy de muy mal humor.

-Me he dado cuenta, no te preocupes.

-Bien, voy a explicarte completamente todo, pero primero, vamos arriba y déjame que me ponga ropa seca.

Lo seguí escaleras arriba, mientras él iba mojando todo a su paso. Llegó a la puerta de la habitación y con mi ceño fruncido, observé lo que hacía.

Lentamente se desprendió la camisa y su cuerpo tiritó al sentir la mojada prenda deslizarse por la piel. Se desabrochó el pantalón y gruño mientras se quejaba.

-¿Puedes dejar de hacer exhibicionismo?-dije divertida.

Volteó a verme mientras sus pantalones caían y se quedaba solo en boxers.

-Tengo frío-admitió inocentemente.

Reí sin hacer mucho ruido. No quería que los niños se despertaran.

Luke se terminó de quitar el pantalón y lo movió a un lado, pegado a la parte baja de la pared.

-¿Me das un abrazo de oso?

Su labio inferior se curvó hacia afuera y le sonreí. Lo abracé, sintiendo su piel desnuda y helada, lo apreté más a mí.

-Te informo que estamos en invierno y vas a enfermarte.

-No quiero ducharme-se quejó-. Tengo frío.

-¿Por qué no mueves ese congelado trasero dentro de la habitación y te cubres con las sábanas?

-Porque tengo una idea mejor.

Se separó un poco de mí y susurró un tierno "no me has dado ni un solo beso", antes de posar sus labios helados sobre los míos. Me quejé levemente cuando un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Pegó bien su cuerpo al mío y fue cuando supe que no estaba del todo congelado.

Un leve gemido se escapó de mis labios.

-Vas a enfermarte, entra ya a la habitación.

-No hables tan fuerte, los niños duermen-dijo entre susurros.

-No me calles.

Se separó nuevamente de mí y acomodó mi cabello por detrás de mis orejas.

-Te amo.

-Yo a ti, Luke-le sonreí.

Me devolvió la sonrisa y luego comenzó a besarme, tiernamente y con un toque de lujuria. Me removí entre sus brazos mientras él me acorralaba contra la pared. No puse resistencia alguna, no tenía por qué hacerlo. Bajó sus manos a la parte baja de mi espalda, mientras que seguía con sus besos sobre mis labios, metiendo e invitándome a besarlo, sensualmente con su lengua. Se pegó a mí, a más no poder. Alcé mis caderas, con un poco de ayuda de su parte, pasé las piernas por su espalda y él bajó los besos a mi cuello.

-Los niños, Luke-le dije entre jadeos.

-Los niños duermen, _______-me dijo y siguió con lo suyo.

Unos minutos más y la parte de arriba de mi pijama, no existía. Dos minutos más y ya no podíamos seguir pegados a la pared.

Dos pasos en el pasillo y una voz cargada de sueño, hizo que ambos nos quedáramos estáticos. Contuve la respiración mientras Luke alzaba el rostro y observaba a donde Austin nos miraba casi con los ojos cerrados.

-¡Austin!-dijo Luke en un tono de sorpresa.

Austin no respondió, solo se quedó donde estaba, con su almohada en la mano y su cabello revuelto.

Solté mis piernas de la cadera de Luke, mientras él observaba a nuestro hijo. Tomé mi pijama del suelo y me lo coloqué.

-Creo que es sonámbulo-declaró Luke mientras el niño se daba la vuelta.

-O quizá lo actúa muy bien porque no sabe que más hacer cuando ve a sus padres a punto de tener sexo en la pared del pasillo.

-El niño no sabe ni cómo una mujer se queda embarazada, que va a saber sobre sexo.

-Baja los humos, Hemmings-le dije y lo empujé.

Austin se metió nuevamente a su habitación y Luke, y yo nos quedamos observando hacia allí.

-Voy a verlo.

Caminé dos pasos y Luke me jaló del brazo. Pegó su pecho a mi espalda y besó mi cuello.

-No te enojes, cariño.

La Bella Y La Bestia ll [Luke Hemmings Y Tu Terminada]Where stories live. Discover now