IX

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Un bebé de grandes ojos grises esperaba a que Madam Lan terminara de limpiarlo.

"¿Las matronas no te preguntaron nada por él?"

Lan WangJi negó sentado junto a la ventana.

"Prometieron guardar el secreto si madre lo lleva mañana."

El área de las mujeres estaba en un lugar separado al de los hombres y las discípulas eran muy estrictas respecto a quienes tenían permitido entrar.

Normalmente hacían excepciones con los hombres que eran padres de algún bebé que era cuidado por ellas y lo dejaban pasar. Pero al ver al Segundo Maestro Lan con un bebé en brazos en busca de una matrona fue algo más allá de lo inesperado.

Le habían permitido ir a dejar al bebé un rato durante dos días, pero no veían correcto que un hombre se acercara a su área en Cloud Recesses, aunque sea por un bebé, todos los días.

Una de las ancianas de la secta accedió a no decir nada sobre el niño si en lugar de ir Lan WangJi iba Madam Lan en su lugar.

Cuando Madam Lan terminó de cambiar al bebé se detuvo un momento para ver bien a su nieto.

"Ha subido de peso en estos días..."

Lan WangJi se levantó y se acercó a la cama para verlo también. Ciertamente se veía más grande, ¿Debía verse así? ¿Debería llamar a un médico para estar seguro? Se veía sano...

"Quién lo diría, el pequeño A-Yuan es todo un tragón" comentó Madam Lan jugando con uno de los pies de su nieto "si se termina la comida de los otros niños, pronto los dos tendrán el acceso al área de mujeres prohibido."

"¿A-Yuan?"

WangJi se sorprendió al escuchar a su madre llamar a su hijo por un nombre. No es que no fueran a darle uno, por supuesto que no, incluso había estado pensando en nombres de cortesía aunque fuera demasiado pronto para eso, pero esperaba no nombrar solo a su hijo.

"No deberíamos dejarlo sin un nombre, él también merece uno. Cuando vuelva A-Xian ambos pueden escoger el nuevo nombre que le pondrán, olviden el que yo le he dado."

No tenía ningún problema con el nombre, le gustaba cómo sonaba en su hijo.

Wei WuXian les había pedido unos días para arreglar todo y WangJi estaba cumpliendo al esperar por su regreso. ¿Pero a cuántos días se refería? ¿Tres, cuatro quizá? ¿Su hermano no habrá recibido una carta con noticias de Wei Ying?

Lan WangJi sabía que Wei Ying nunca lo dejaría ni desaparecería sin una buena razón, pero el miedo y la incertidumbre eran sentimientos más fuertes que lo habían estado consumiendo esos días en espera de alguna señal.

Sabía dónde estaba Wei Ying pero no podía ir a buscarlo. Eso lo frustraba bastante.

Ni siquiera la meditación podía ayudarlo a calmar la inquietud en su corazón.

Una mano tocando su hombro lo sobresaltó. Giró la cabeza a un lado para observar a su madre con A-Yuan en brazos.

"Él volverá" le aseguró ella.

Incluso en los momentos más inesperados Wei Ying aparecía de nuevo en su vida, como si quisiera demostrar que el tiempo y la distancia nunca serían un obstáculo por superar, como si el destino se empeñara a ponerlos en la misma página tras un largo tiempo.

Por eso, él creería en esas palabras.

◇◇◇◇◇◇◇

En la tarde Lan XiChen y WangJi fueron invitados a tomar té en los aposentos privados de su tío.

Domador de Dragones |WangXian|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt