fate reader | kooktae

dos

La sonrisa sardónica en los labios del pelinegro casi lo impulsaron a golpearlo, pero no lo hizo, en cambio, tiró un par de cartas y su mente se fue en blanco por apenas un instante. El hombre lo examinó, expectante, viendo los orbes perdidos del castaño antes de que parpadeara y regresara su atención a él.

—Jungkook. —El aludido se petrificó—. Jeon Jungkook.

—Es imposible —susurró el mercenario—. Unas simples cartas no pudieron decirle algo tan específico, incluso yo sé eso.

—No, no lo hicieron —concedió—. Te lo dije, solo me ayudan a ver las cosas con más claridad.

—Eso no tiene sentido.

Taehyung se encogió de hombros.

—Lo sé, pero simplemente así pasa, todo lo que veo termina ocurriendo, aunque al parecer no puedo prever cosas muy extensas, tampoco puedo predecir mi propio futuro por alguna razón. Quizá los naipes solo funcionen como un placebo para mí.

Pero Jungkook no podía creer algo así, incluso si lo había presenciado con sus propios ojos.

—Adivine otra cosa.

Taehyung arqueó una ceja.

—Eso no se oye poco interesado de tu parte.

—¿Cuál es mi plazo para esta misión? —preguntó ignorando sus palabras.

El clarividente repitió sus acciones, Jeon ni siquiera pestañeó en su escrutinio.

—Dos semanas... ¿Eso no es poco tiempo? 

Bueno, ahora Jungkook podía entender por qué Park Haesoo había puesto una recompensa tan absurdamente alta por este chico. Era jodidamente aterrador. El gobernador de Grynjar sería prácticamente invencible con alguien como Taehyung sirviéndole a diario.

—¿Solo puede ver lo que le preguntan? —El adivino asintió. Repentinamente, la mente de Jungkook estaba vacía, no se le ocurría qué podía pedir esta vez. Pensando en cualquier cosa genérica, volvió a hablar—: ¿Cómo voy a morir?

Esperó que Taehyung volviera a tirar las cartas, pero no lo hizo. Lo miró con intriga.

—No voy a contestar eso.

—¿Por qué no?

El sujeto se mostró vacilante por un momento mientras revolvía la baraja en sus manos.

—Porque entonces podría condenarte. —Jungkook entrecerró los ojos, sin comprender. Taehyung lo notó—. Yo no creo que el destino esté escrito, de hecho, estoy seguro de que no lo está. Por eso es más difícil acertar los eventos futuros que me preguntan, es como si... Es como si estuviera viendo miles de posibles futuros al mismo tiempo, en un segundo, pero siempre hay uno que me parece más "real" que todos.

—¿Eso no quiere decir que sí está escrito? —El contrario sacudió la cabeza.

—No, porque aún así, cuando lo sabes, puedes cambiarlo con esfuerzo o incluso existe la pequeña posibilidad de que me equivoque —explicó—. Pero... No funciona así cuando veo la muerte de alguien, cuando lo hago, todos los caminos llegan hasta allí. No sé por qué, pero cuando la predigo, ocurre, no importa cuánto lo intente la persona, no puede burlar al destino. Eso... Eso me hace sentir como si fuese la misma Parca, lo odio. Me hace pensar que si, tal vez, nunca la hubiese visto, entonces no habría sucedido.

—¿Qué pasa si alguien le pregunta por su día de mañana y ve su fallecimiento sin querer?

—Tampoco respondo preguntas así por esa misma razón, solo cosas puntuales.