fate reader | kooktae

dos

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Había pasado un solo mísero escoltando a Taehyung y mentiría si dijera que no había fantaseado con cortar la linda y suave piel de su cuello con una navaja más de una vez.

Nunca había escuchado a alguien quejarse tanto, hasta de la más insignificante cosa, que si hacía mucho calor, que si hacía mucho frío, que si el silencio del bosque no le gustaba, que si los chirridos de las aves lo irritaba, tenía hambre, tenía sed, que si el viento corría poco, un sin fin de cosas más.

Él era muy bueno en ignorar a la gente, pero había algo en el joven que no le permitía pasar por alto su presencia.

Se había atrapado a sí mismo contemplando al vidente más de lo que le hubiese gustado, pero tenía que admitirlo, era bastante hermoso para ser un hombre, y no es como si Jungkook solo tuviera ojos para mujeres, no era tan exigente, no le molestaba lo que su amante tuviera entre las piernas mientras tuviera un lindo culo que agarrar, y V no era precisamente plano allí abajo.

Si tan solo el tipo no hablara hasta por los codos... Pensó que probablemente el que fuera tan molesto era lo que despertaba su lujuria, irónicamente, sacaba a flote sus instintos agresivos, Jungkook estaba tentado a callarlo metiendo su polla entre... no.

—¿Cómo te llamas?

Eso era otra cosa, ahora V lo tuteaba sin más. Había alegado algo sobre que no tenía sentido tratar con modales a su secuestrador.

Estaban en la habitación de una posada, caminaron lo suficiente como para alcanzar la ruta directa a Grynjar, ahora solo debían seguirla y podría liberarse de su martirio. Habían conseguido una muda de ropa sencilla para dormir mientras los dueños del lugar lavaban sus prendas para mañana, Taehyung pensó que su acompañante se veía significativamente menos amenazante sin el cuero y vestido con harapos holgados.

En realidad, a Jeon no le hubiese importado dormir contra un árbol, pero no estaba dispuesto a escuchar los lloriqueos de Taehyung porque el piso estaba muy duro o cualquier estupidez. Con suerte, al sentir el cómodo colchón, el castaño se dormiría instantáneamente, o eso había deseado.

—Me sorprende que Park haya ofrecido tanto por usted —comentó y Taehyung frunció el ceño.

—¿Por qué?

El mercenario lo apuntó.

—Por eso mismo, hace tantas preguntas, ¿no se supone que es un adivino? Ya debería saber la respuesta de todo de antemano. Pura basura. —El vidente lo miró en silencio por varios segundos, con un aire de incredulidad que lo molestó.

—No funciona así, al menos yo no trabajo de ese modo.

—Ah, ¿sí?

—Sí —dijo Taehyung aparentemente enfadado por el escepticismo que denotaba—. Tengo una idea, pero me apoyo de mis cartas para tener certeza. —Jeon lo observó con una pizca de curiosidad.

—Podría acudir a ellas en lugar de a mí.

El castaño pestañeó un par de veces y alzó los brazos, mostrando sus adoloridas muñecas aún apresadas, el azabache entendió la petición tácita y se encaminó hacia el joven para despojarlo de las esposas. Taehyung suspiró y se frotó la zona, tenerlas por tanto tiempo no había sido nada agradable.

Bajo la mirada atenta de su raptor, fue en busca de sus cartas y al encontrarlas, regresó a su cama, donde ahora su compañero estaba sentado también.

—Pensé que esto no te interesaba.

—No lo hace —reafirmó—. No va a leer mi futuro. —Taehyung cabeceó—. Bien, entonces, ¿cómo me llamo?