º𝟎𝟏𝟗º

302 20 13
                                    

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Después de qué sonará la alarma tipo militar, todos los jugadores se pusieron en fila, había un grupo de soldados que estaban vigilando por las camas, mientras que cuatro de ese grupo estaban al frente de cada uno de los jugadores.

Tanto la jugadora 0 como el jugador 199 estaban posicionados en fila, ella delante y el pakistaní detrás de ella.

¡Gi-hun! —000 le llama y este la mira. —El señor se orinó.

456 mira que era verdad, por lo que no duda en darle su abrigo para cubrir la zona mojada.

Si mi abuelo estuviera aquí, yo no dudaría en protegerlo. —susurró ella. Gi-hun la mira. —Me preocupa su salud, me arrepiento de haberlo dejado.

¿Su abuelo está enfermo? —escuchó al pakistaní preguntarle. Ella asiente. —¿De que?

Diabetes.

Igual que mi madre. —respondió 456. —Saldremos de aquí, eso puedo asegurar, nosotros volveremos a nuestras vidas cuando eso pase.

Una parte en el fondo de la Italiana piensa que no va a pasar, en el fondo estaba sintiendo miedo.

¿Qué me ves? —preguntó Mi Nyeo al soldado que la estaba mirando.

Luego se dirigió a la jugadora 000.

—¿Qué fue? ¿Se te perdió algo que me estás mirando? —preguntó la joven italiana en tono grosero al ver que el soldado la estaba mirando por igual. El soldado sólo se fue. —Psss... idiota.

Señorita, no se que es lo que pasa, pero... discúlpeme el atrevimiento con esto que voy a decir, pero... tal vez sería mejor que le bajara un poco su temperamento. —le dijo Ali. Arlene la mira. —No voy a mentirle... su carácter da miedo.

—Ya me lo han dicho. —respondió. —Qué suerte la mía que no traje mi navaja de bolsillo para aquella noche salvaje.

—Se la hubieran quitado y no la volvería a ver.

—Lo sé, de todos modos esa navaja es super especial y no la dejaría por nada, no dejaría que esos soldados se la quedaran. —dijo.

La italiana buscó con la mirada a su amiga japonesa y vio que estaba detrás de Sang Woo.


"El 4to juego está apunto de comenzar, sigan las instrucciones del personal, diríjanse a la sala de juegos"


—¿Qué nos deparará ahora? —pregunta el Pakistaní.

—No tengo ni la menor idea.

En el orden en el que se encontraban posicionados los jugadores comenzaron a caminar hacia la sala de juegos. De un momento a otro se detuvieron por las escaleras y vieron algo que los dejó impactados, qué los dejó sin habla.

𝐏𝐋𝐀𝐘𝐄𝐑 𝟎𝟎𝟎 ▬ᵃˡⁱ ᵃᵇᵈᵘˡWhere stories live. Discover now