Debo reconocerte

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Tres meses después de estar establecido, Gael se sentía más pleno, más capaz y más feliz.

Mucho era por sus avances y la paz con la que se desempeñaba en la oficina, pero otro tanto era por sentirse liberado al asumir cierto rol secreto.

En la universidad pronto obtuvo el mejor promedio, mientras que en la empresa era uno de los diseñadores más jóvenes con una abultada agenda de compromisos laborales.

Eduardo estaba complacido con la actitud que habían tomado Cristóbal y Gael, así que los mandó llamar.

Ambos hombres sentados enfrente del presidente de la empresa, se notaban relajados, no tan cómodos estando cerca pero sí más sueltos en su postura corporal.

A Eduardo le causaba gracia ver que Gael era un pequeño bravucón que no se intimidaba con su amigo y socio que era el macho alfa donde quiera que iba y que a toda costa estaba mostrando su posición dominante, pero sin ser amenazador.

Bien muchachos, debo felicitarlos por el buen trabajo que han desempeñado.

—Ambos hombres sonreían contentos de escuchar al presidente, elogiarlos.

—Bueno Ed, tu crío es realmente competente en su trabajo, Cristóbal era muy sincero cuando reconocía un buen desempeño, y ese muchacho realmente hacía un buen trabajo.

Gael volteó a ver asombrado a Cristóbal, — ¡vaya! viniendo de ti es realmente digno de agradecer ese reconocimiento, o probablemente esto sea el anuncio de que se aproxima el fin del mundo.

Cristóbal sonrió de manera cínica, bien ahí había acabado la indulgencia con el muchacho.

—Teniendo en cuenta que eres un bebé, haces un gran trabajo.

Gael de inmediato captó la intención de Cristóbal. —Bueno, corrijo, Gael se sentaba cruzando la pierna y mirando desafiante a ambos hombres, —para que una antigüedad como tú, reconozca que el bebé hizo algo bueno, entonces es digno de celebrarse.

Eduardo veía medio divertido y medio temeroso aquel interesante encuentro.

Un golpe sobre el escritorio distrajo a los dos hombres que se veían retadoramente.

—Bueno, ustedes estarán a cargo de un proyecto para una campaña publicitaria de un hotel Gay friendly, Eduardo cruzo las piernas de forma relajada, —es una de las cadenas más importantes con ese concepto y quieren a los mejores en publicidad.

Gael volteó a ver asombrado primero a su padre y luego a Cristóbal quien parecía que la mandíbula la tenía desencajada.

— ¡Espera, espera! Gael parecía confundido, — ¿Estás sugiriendo que yo pase unos días trabajando con míster macho pecho peludo mujeriego Gallardo en la publicidad de un hotel para gays?

La cara de Eduardo realmente no alcanzaba disimular del todo sus ganas de carcajearse de esos dos.

— ¡Hey niño!, el tono ofendido de Cristóbal llamó la atención de Gael, —para empezar, tampoco estoy feliz de tratar más contigo. Además de que para tu información soy gay.

Gael casi, casi sintió la mandíbula caerse de su lugar...

— ¿Tu eres gay?, La cara de gran asombro estaba plasmada en el rostro de Gael.

Cristóbal sin siquiera voltearlo a ver asintió mientras su mandíbula parecía a punto de romperse por la fuerza con que era apretada.

—Bueno, no veo el problema, tú, dijo Eduardo apuntando a su hijo —eres abiertamente homosexual; y tú señalaba a Cristóbal quien parecía molesto, —eres un gay con aficiones extrañas, así que vayan a ese bonito hotel, hablen con el personal, conozcan los paquetes que ofrecen para la comunidad, verifiquen disponibilidad, anoten los atractivos más fuertes del complejo, disfruten de primera mano las atracciones que ofrece, hablen con la encargada de relaciones públicas para darle ideas y espero que con esto más cadenas hoteleras nos busquen al ver que podemos hacer un marketing de primera.

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