CAPITULO 2

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Habían pasado ya dos semanas, Matías se había ido solo hace una, y llegaba hoy de su viaje a la ciudad, un viaje que debieron haber hecho juntos, pero que gracias a las ideas sin sentido de sus padres, no pudo realizar. Llevaba pensando días y noches completas que haría con su vida, no hablaba con sus papás desde esa noche en la que pelearon, era la primera vez que pasaba por eso, sus padres siempre habían sido comprensivos, y para qué negarlo, le habían dado casi todos los caprichos que había querido a lo largo de los años, cuando tenían diferencias, siempre las hablaban y trataban de llegar a un común acuerdo, pero esto, esto era diferente, era como si el hecho de que ella fuera a la ciudad significara que la fueran a perder y que nunca la verían de nuevo, era un miedo ridículo, sin fundamentos y que estaba provocando una brecha en la relación perfecta de padres e hija que habían mantenido por veinte años, al parecer en este asunto nadie quería dar su brazo a torcer.

Julieta se sentía en una encrucijada, no sabía qué hacer, ella realmente amaba a sus padres, pero no se sentía capaz de sacrificar su libertad para que ellos fueran felices, realmente se sentía muy mal con eso. Si, ellos le habían dado la vida, la habían cuidado, protegido, mimado y amado. Le habían dado y enseñado todo lo que tenía y sabía. Pero no podía simplemente darse por vencida en esto, se trataba de su vida, de su futuro.

Así que después de dos semanas de pensarlo, meditarlo, soñarlo y hasta tener pesadillas con esto, se dio cuenta que estaba en una encrucijada y que tomara el camino que tomara, alguien saldría herido. Ahora la pregunta era: ¿Qué decisión iba a tomar?

Ya iba anocheciendo, Julieta esta tirada en su cama con el corazón estrujado de tantos sentimientos encontrados, la cabeza hecha un lio de tanto pensar y los ojos y nariz irritados de tanto llorar. Mientras estaba debajo de las cobijas asomando solo los ojos escucho su celular sonar con la canción que su novio le había dedicado y, que el mismo, había puesto como su tono en su celular, Your song de Ellie Goulding resonó por todo su cuarto y en ese momento recordó el día que le Matías le había dedicada esa canción, recordó que ella se echó a reír y le dijo que como era posible que le dedicara una canción donde claramente decía que tenía los ojos verdes o azules cuando sus ojos casi parecían dos carbones, él le dijo algo que jamás podría olvidar "No importa de qué color tienes los ojos, aunque apuesto que son aún más bonitos que los de la persona a la cual le hicieron esa canción, lo que si se, es que desde que tu estas en mi vida, ella es mucho más maravillosa".

Al recordar eso no pudo evitar que una lágrima se resbalara desde la esquina de su ojo hasta su sien terminando en su cabello, Dios como lo amaba. No podía dejarlo y fue en ese momento, en ese instante que descubrió cual era la decisión que tenía que tomar.

Por enésima vez la canción sonó desde su celular, reacciono por fin y tomo la llamada.

— ¿Alo?

—Mi vida, ya estaba preocupado por ti, te he llamado unas seis veces y no contestabas el celular.

—Lo siento amor, yo...

—Te perdiste en tus pensamientos ¿verdad?

Julieta sonrió, una sonrisa que había abandonado su rostro desde hace dos semanas, él la conocía demasiado bien—si algo así.

—Amor deberías dejar de pensar tanto, ya encontraremos la manera de solucionar todo...

—Ya la encontré.

— ¿Cómo?

—Ya se lo que voy a hacer, tome mi decisión.

— ¿Hablaste con tus papás? ¿Cambiaron de opinión?

Julieta podía escuchar el brillo de esperanza en su voz, sabía que cuando le contara la decisión que había tomado, no estaría de acuerdo, aunque esperaba que la apoyara.

—Matías—suspiro—sabes que no hablo con ellos desde que peleamos.

—Entonces ¿Qué cambio?

—Yo, yo cambie. Tome una decisión.

—Y... ¿Qué decisión es esa?

—Me voy a ir, me voy a ir a la ciudad contigo

— ¿En serio?—Julieta podía oír la felicidad en sus palabras, pero después hubo un silencio y Matías pregunto cautelosamente— ¿Qué hay de tus papas?

— ¿Qué pasa con ellos?

—Bueno, ellos no estarán de acuerdo.

—Matías es mi vida, no la de ellos.

—Sabes que no te dejaran ir.

—Bueno, si no me dejan ir, simplemente me escapare contigo.


¿La Verdad o Mi Mentira?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant