Confesión repentina

1K 127 83
                                    

Kazuma: Esta... podría ser la cosa más cliché que he hecho, y que haré, ¡pero no me importa! -. Diría con una sonrisa, viendo a esa diosa que la miraba confundida -. ¡Vale completamente la pena por ti Eris-Sama! yo... ¡te amo Eris! -. Soltaría por fin, liberando los sentimientos que tenía atrapados por esa diosa de la suerte, quien al escuchar la confesion del castaño, no pudo evitar ponerse nerviosa y que sus mejillas se calienten, ocasionando un sonrojo -.

Eris: ¡Eh...! pe-pero... Kazuma... yo... tengo ocupaciones de diosa -. Negaría aparentemente la confesion del castaño, aunque la sonrisa en su rostro decía otra cosa -. no puedo...

Kazuma: ¡Por favor, acepta casarte conmigo!, entiendo que los dioses puedan estar muy ocupados con sus "cosas de dioses", ¡pero no creo que exista una regla que impida nuestra relación! -. Afirmó decidido, sin intenciones de darse por vencido tan fácilmente, demostrando que el amor que sentía por aquella diosa era muy grande -. ¡tal vez creas que voy muy rápido, pero yo ya estoy completamente seguro de mi sentimientos...!

Eris: ¡Ah...! ¿tú... te quieres casar conmigo? -. Le pregunto con un sonrojo en sus mejillas, mientras evitaba mirar al castaño directamente a los ojos, la propuesta la había tomado por sorpresa, era cierto que no era la primera vez que escuchaba esas palabras venir de Kazuma, pero en esta ocasión, la forma en la que se expresaba Kazuma, daba a entender que hablaba enserió -.

Kazuma: ¡Si, te amo demasiado! -. Dijo con un poco de pena, pero con el valor suficiente como para mirar directamente a su diosa favorita -.

Eris: ¿De verdad me amas...?

Kazuma: ¡Claro que si! -. Dijo un poco cansado de repetir lo mismo -. y espero que tú también...

Eris: Wow... pues yo... -. Iba a aceptar la petición del castaño, ya que ella también sentía algo por su fiel asistente, y tal como pensaba Kazuma, no existía una regla que impidiera la relación entre estos dos, solo tendría que encontrar un remplazo para su puesto, y algunas otras cosas que solucionaría luego, pero, antes de dar una respuesta, llegó un recuerdo a su mente, mejor dicho, varios recuerdos vinieron a su mente, siendo específicamente las veces que vio a Kazuma muy "cariñoso" con su compañera archimaga experta en explosiones, Megumin, sin mencionar a sus demás compañeras y la "relación" que tenía con ellas, recordando estos hechos, miraría al castaño con un poco de sospecha -. un momento... ¿por que me amas?, si ya tienes a Megumin.

Kazuma: ¡Te he dicho la razón miles de veces Eris, comparandote con Aqua o alguna de las múltiples mujeres que eh conocido, eres perfecta! -. No sabia como expresar correctamente sus sentimientos, sabía lo que sentía, pero no como explicarlo en palabras, al menos aún no -. eres una... muy buena persona, además, nunca llegue a nada con Megumin, me di cuenta... que no era real lo que sentía por ella, la verdadera mujer a la que amaba, ¡era a ti!

Eris: Pero... ¿Como podrías amarme...? -. Recordó otro "defecto" de ella que siempre era recalcado por el aventurero cuando iban de misiones juntos, cuando se encontraban "casualmente" en el gremio, cuando estaban en el "limbo", casi en cualquier ocasión -. ¡siempre dices que soy plana!

Kazuma: ¡Eso no me importa!, me enseñaron a no mentir, así que no negare que seas "un poco" plana jeje... -. Esto desánimo y enojo un poco a la diosa de pecho plano, la cual puso una mano en su cara para hacer creer que iba a llorar, todo esto con el fin de que el castaño sienta pena por ella y la consuele, acción que tuvo exito, Kazuma se acercó a ella y quito su mano de su cara, la sujeto de los hombros y la miró directamente, dejando los nervios de lado, armando valor para confesarse de una buena vez, y de una mejor manera -. pero como dije, no me importa eso, te amo... de todas formas, te amo, porque... desde el primer momento en que te conocí, me mostraste que incluso en este mundo lleno de locos, existía gente amable... me enseñaste... que es importante siempre dar una sonrisa, pero uno tiene que saber a quien dársela, me hacia el desinteresado cuando me pedías ayuda para recuperar las reliquias divinas, no negare que si era un poco fastidioso que vengas en la madrugada pidiendo mi ayuda jaja, pero en realidad... me moría de ganas por pasar tiempo contigo, te amo, por que eres... mi diosa favorita, que le trajo a mi vida... mucha buena suerte -. Las palabras dichas por aquel joven aventurero, no hicieron más que conmover el corazón de la Diosa aquí presente, la cual, empezó a llorar de verdad, sorprendiendo y preocupando al castaño -. ¡Eh! ¿dije algo malo? perdóname... no quise...

Eris: No... snif no es nada de eso, estoy feliz Kazuma... -. Exclamó con una hermosa sonrisa en su rostro, mirando felizmente al mortal del cual se enamoro, el cual tenía un sonrojo en sus mejillas al ver la belleza de aquella diosa, Kazuma no podria decir nada más, ya que sentiría como Eris le daba un fuerte abrazo, el cual fue correspondido con la misma intensidad, al cabo de unos minutos, detendrian su acción, dejando de mostrarse afecto, para mirarse fijamente y por el calor del momento, acercar sus bocas poco a poco para darse un beso, cuando estaban a nada de cumplir su cometido, serían interrumpidos al sentir como algo o alguien, se hacia presente en el lugar, apareciendo una brillante luz blanca arriba de ambos, de la cual, bajaba un ser cubierto de luz, el cual dejo sin vista por unos momentos a la joven pareja -.

¿?: Eris... venía para decirte algo importante, no esperaba encontrarme con esta... "sorpresa".

Kazuma: ¿Eh...?, ¿Quién eres? -. No lograba ver correctamente a aquel misterioso ser que había aparecido de la nada, debido a que la luz que emanaba, le nublaba la vista -.

Eris: Oh no...

Nos vemos en el siguiente capitulo llamado:

"La diosa de la obediencia"

𝐒𝐨𝐧𝐫𝐢𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚Where stories live. Discover now