♥Capitulo 23 Maratón 3/3

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Narra Perrie.

—¡Perrie! ¡Hermosa! —Chilló Amber.
—¿Qué? —Me volteé cabreada, ésta chica es insoportable.
—Es una fiesta. —No.. ¿En serio?, me dije sarcástica— ¡Vamos a bailar! ¿Sí? —Suplicó. 
—Encuentra a otro chico, no quiero bailar contigo. —Respondí.
—Eres una amargada —Bufó cerca de mis labios, diablos. Estaba ebria.
—Estás ebria, será mejor que vuelvas a casa. —Dije tomando asiento en una de aquellas banquetas que se encontraban en el jardín, a su lado había alcohol.
—Perrie.. —Se montó sobre mí— No seas aburrida, ¿Qué ha ocurrido con aquella Perrie Edwards que conocí?.
—Está muerta. —Confesé— Quítate, no quiero permanecer toda la noche a tu lado. —Dije dura.
—Quiero... ya sabes, "eso".. —Susurró a mi oído y comenzó a frotarse sobre mí. Maldita sea.

Volteé mi mirada para encontrarme con algo no muy agradable, Jade tomaba de la mano a un chico, castaño y alto. No mentiré, mi cuerpo ejerció una furia, quería matar a ese tipo, nadie se acerca o toca a Jade, mí Jade.
Iba a aclarar algunas cuentas con él pero Amber tomó de mis mejillas y plantó un beso sobre mis labios. Asco. Eso sentía, odiaba el sabor u olor a alcohol cuando una chica lo poseía, pero por estúpida mental que soy la seguí; perfecto Perrie, eres una genia.
No cerré mis ojos, los mantuve abiertos y al notar que aquel guarro rodeaba con sus brazos a Jade, anhelé golpearlo. 
Rápidamente me puse de píe y me dirigí a ellos.
—¡¿A dónde crees que vas?! —Chilló. Diablos, como le odiaba.
—No es tu problema. —Contesté cortante mientras limpiaba mis labios con mi derecha.

Me concentré más en la "parejita" y noté que Jade lloraba, demonios no. ¡No!, odiaba ésto, verle derramar lágrimas por algo o alguien. El chicó la apartó unos centímetros e hizo entrega de un pañuelo a sus delicadas manos. —Perrie, hablas como una lesbiana de primera— pensé.
—Vamos a una habitación.. —Susurró Amber mientras rodeaba mi espalda con ambas extremidades.
—Diablos, ¡No! —Exclamé furiosa.
—Diré tu secretito. —Sonrió triúnfante— Sé que la amas y nadie lo sabe porque temes que tu reputación de "chica mala" se vaya al retrete. Diré todo eso más tu maldito dersorden de alcoholismo a tu madre, si se entera seguro fallece de paro cardíaco. —Mierda, si que sabe controlar.
—Eres una maldita zo*rra. —Dije entre dientes— Solo una noche, nada más, ¿Entiendes?. 
—Claro. —Respondió como si nada. Tomé de su mano y la llevé a la primera habitación que hallé.

Ocurrió lo que tenía que ocurrir, pero todo acabó cuando la ví, de pie sobre la puerta con lágrimas en sus ojos rojos. La miré atónita, ¿Qué diablos hacía Jade aquí dentro?.
Se veía dolida y lástimada, su maquillaje estaba corrido, pero eso no impedía que su belleza se borrase. Sin más, dió un portazo que resonó en toda la habitación. Maldición, esto es malo.
Tomé mi vestido celeste, las coloqué sobre mi cuerpo y con zapatos en mano, me dirigí a la puerta.
—¿Me dejarás así? —Cuestionó Amber fingiendo estar ofendida.
—Sí. —Respondí y me dirigí abajo, busqué a Jadeentre la multitud de personas que se encontraban allí— ¿Y Jade? —Cuestioné a Dieter cuando noté que estaba a un lado mío.
—No lo sé, debe estar con George. —Contestó mientra bebía un vaso de ¿Pepsi?, ¿Qué demonios?, es una fiesta. Nadie bebe algo que no sea alcohol.
—¿George? —Pregunté y le observé extrañado.
—Sí George, serás sordo. —Dijo con cierto tono de furia— Brooke los presentó hace unas horas, tal vez están en casa o quizás donde. —Habló con indiferencia.
—¿No te importa Jade? —Cuestioné enfadado— Es tu hermana.
—¡Hey, hey, hey!, nada de insultos que yo no tengo la culpa de que lágrimas cubran su rostro por TÚ culpa. —Remarcó la palabra 'tú'.
—¿Mí culpa?.
—¡Basta de preguntas! ¡Me estás cabreando! —Gritó y se alejó de mí.

¿Mi culpa?, ¿Yo era el responsable de todas esas lágrimas que Jade derramaba?. Jamás me lo perdonaría si fuera verdad, pero.. ¿Por qué por mí?, ¿Que hice yo para que sufriera de aquella manera?.
—Se fué con George. —Una voz femenina me sacó de mis pensamientos. Volteé a ver de quién se trataba, claro. Leigh.
—Gracias.
—Descuida —Sonrió.
No perdí más tiempo valioso y a toda velocidad, me marché a su hogar.

Al llegar, bajé rápidamente del vehículo y rodeé la casa buscando alguna luz encendida. 

Nada.

Escalé un costado lleno de enredaderas y dí con el blanco, su recámara. Abrí cuidadosamente su ventana y sin dudar, me adentré en ésta.
Dormía como un ángel, envuelta en sábanas claras rosa palo. Su cabello color castaño oscuro resbalaba por su rostro y sus brillantes ojos obscuros, se encontraban sellados por quizás que sueño.

—jade.. —Susurré— Jade, despierta.
—¿Eh? —Despertó de golpe, talló sus globos oculares y se me quedó observando como si acabase de ver un espíritu— ¿Qué haces aquí? —Cuestionó con el ceño fruncido—¬ ¡Fuera!, ¡Vete ahora!, ¡No te quiero en mi casa! —Gritó pero no estaba para sus berrinches y tapé con delicadeza sus labios.
—Silencio. —Ordené— Tú madre despertará. —Mordió mi mano y por reflejo la aparté. Diablos.
—¡¿Y qué?! —Exclamó— ¡A ella no le importa mi vida!, a nadie le importa.. —Susurró sus últimas palabras. Oh, claro que tu vida importa.— Deberías ir con Amber, a su cama tal vez —Sonrió cínica— Oh, alto, vienes a decirme una mentira. —Río irónica.
—Yo.. —Comencé a tartamudear, ¿Qué mierda Perrie?.
—Sal de mi habitación, eres una idiota. —Habló.. ¿Celosa?, ¡Claro! ¡Estaba celosa! ¡Todo tiene sentido ahora!— No.. no es lindo mentir.. ¿Sabes?. —Comenzó a liberar lágrimas, no, otra vez no, maldición.
Llevó sus delicadas manos a su rostro y ocultó sus ojos bajo ellas, pero yo, sin más, la rodeé con mis brazos, nuestro primer abrazo que jamás quería que acabara.
—Lo siento, no sé por que lo hice.. —Susurré a su oído de forma tierna, ¿Perrie Edwards tierna?, solo por ella, ella era la causante de mis extraños sentimientos. Rodeó mi cuerpo con sus brazos.
—Porque eres una estúpida, porque eres una de aquellas chicas que tienen sexo con el primer chico que se les presenta a los ojos, porque eres ciega. ¿No notaste mi presencia cuando entré? —No emití palabra alguna— Oh, claro, —Dijo irónica mientras se alejaba de mi— estabas muy ocupada realizando "eso" con Amber. Ahora fuera de mi habitación. No sé como entraste y tampoco me importa. Son más de las tres de la madrugada y estás aquí. —Frunció el ceño— ¡Fuera! ¡Ahora!.
—No me iré de aquí. —Completé con seriedad.
—Llamaré a la...

No permití que acabara la frase, no quería discutir, solo quería besar sus suaves labios, sentirlos nuevamente. Y así fué. Cerró sus ojos y con ambas extremidades rodeó mi cuello, me acerqué más a ella haciendo que se recostase sobre su cama, mis hormonas estaban fuera de control. Amaba besarle, por más extraño que suene, sin ella mi vida no tendría sentido, ella me ayudó a sacar sonrisas que jamás creí que volverían.
—Jade.. —Susurré— Te amo a tí.. entiéndelo de una vez por todas.. —Completé, pero se alejó bruscamente de mí.
—No es más que otra mentira, lo sé. No quiero salir lastimada nuevamente. —Dijo— Fuera de mi habitación o llamaré a la policía. —Evitó mi mirada y la observé confundida.
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&quot;No Me Asustas, Edwards&quot; adaptaciónWhere stories live. Discover now