𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭 | ᴸᵉᵒⁿ ᔆ‧ ᴷᵉⁿⁿᵉᵈʸ

Eᴘɪ́ʟᴏɢᴏ

Un hombre se sienta en su escritorio, muy agotado por su trabajo. Sus cabellos mojados por el sudor tapaban sus ojos, con su mano las aparta y los peina hacia atrás, soltando un largo suspiro. Estaba tan agotado por la misión que anteriormente tuvo, pero valió la pena, salvó a millones de personas que estaban en riesgo de contagiarse con esos horribles virus que estuvieron por años atormentando a los ciudadanos y transformándolos en horrorosas criaturas.

Acaricia su creciente barba y dirige su mirada a uno de los cajones del escritorio. Sin esperar más tiempo, abre el cajón encontrándose con un espejo y lo toma, para luego mirarse en él.

Sus ojos se veían cansados y debajo de ellos se hallaban unas oscuras ojeras, dándole un toque un poco demacrado a su imagen, sus cabellos estaban perdiendo claridad y en su rostro se estaba notando los años, ya no tenía su perfecta y suave piel.

-Si me vieras ahora, ¿me reconocerías? -su tono de voz era melancólico y suelta un suspiro- Seguramente no.

Leon Scott Kennedy, quien antes era solo un policía novato, un joven tímido y con muy poca experiencia laboral, ahora es un hombre diferente, donde su cuerpo demuestra lo tanto que ha entrenado, luchado y sacrificado. Ya era un adulto, profesional y muy bueno en su trabajo como agente del gobierno de EEUU, maduro e intimidante, completamente diferente a lo que era antes. Ahora es un hombre que sin dudar mataría a su oponente sin que le tiemble la mano.

Habían pasado tantos años y en la vida de Leon todo había cambiado. Todo empezó en aquella noche en Raccoon City, donde llegó tarde para solo encontrarse con una ciudad en ruinas, lleno de criaturas que en ese tiempo él no sabía el origen de aquello. Aunque en verdad su vida cambió aquella noche donde la vio sin vida, desde ese momento nunca más fue el mismo y se dedicó todos estos años a cambiar para mejor, ayudando a los que lo necesitaban.

Él estaba tan roto desde esa noche, pero amando cada vez más a la chica que agradaba sus noches de una forma extraña. Ni siquiera Ada Wong con su belleza y sensuales movimientos pudo enamorarlo y hacer olvidar a Roxanne. Lo único que logró es que sienta agradecimiento por las veces que ella lo ayudaba en situaciones riesgosas en sus misiones.

Había pasado demasiado tiempo desde que dejó aquella ciudad juntos con sus recuerdos y... ella. Decían que el tiempo curaba, pero no era así del todo, no para él, nunca ha dejado de sufrir por la perdida y todas las noches repite los mismos recuerdos en su cabeza mientras mira aquel anillo que por dentro tiene las iniciales de la chica, el anillo que le entregaron cuando le dieron de alta en el hospital, diciéndole que aquel objeto estaba en la palma de su mano cuando lo encontraron inconsciente a mitad de la calle. Desde ese día siempre lo llevaba puesto.

-Carajo. -susurra, cada vez más desanimado al ver en las condiciones en que se encuentra.

Deja el espejo donde se encontraba anteriormente y recarga su agotado cuerpo en el respaldar de la silla, cerrando sus ojos, tratando de descansar, pero antes de poder dormir un poco, un grito femenino lo hace sobresaltar de su sitio, despertándolo al instante.

-¡Leon! Te he estado llamando desde hace rato y no me contestas. -habla molesta Claire, la menor de los Redfield, pero al ver el rostro del rubio, cambia su expresión- ¿Estas bien?

-He estado mejor. -se endereza, demostrando atención a la mujer- ¿Qué necesitas?

-¿Así me saludas después de no vernos durante mucho tiempo? -se acerca al escritorio a paso lento para luego sentarse en el- Te vez más viejo. -se burla.

-Gracias, y tú te ves más... ¿pelirroja? -Claire suelta una carcajada, pero a los segundos vuelve su expresión de preocupación.

-¿Aún sigues mal por eso? -habla al ver como Leon jugaba con su anillo.