Mi chico de los ojos tristes © || En Proceso

🍬Cajita de recuerdos

—Llevo algunos días así —hablé—. Quizá sea mi horario descontrolado de comida.

Y es que quería pensar eso sin alarmarme, pero el dolor y malestar que sentía no eran normales, me asusta pensar que estoy enferma y tener que volver al... hospital.

—Valeria, deberías ir al médico —me miró—. No es normal, además estás muy débil aún.

Lo mismo pensaba, pero como antes dije, me aterra volver a ese lugar y recordar el momento más horrible de mi vida.

—Eso haré, gracias Cyn —sonreí, aunque en el fondo sabía que no lo haría.

Pasamos las horas conversando como antes lo hacíamos. Hablamos de todo y nada a la vez; ya me hacía falta pasar tiempo con mi mejor amiga.

—Sí, Michael es muy tierno —sonrió con sus mejillas rojitas—. Me apoya y me hace feliz.

—¡Qué bueno! —sonreí con sinceridad—. Lo mereces, eres una gran mujer.

—Te quiero —me susurró tomado mi brazo.

Aprovechando ese momento emotivo le dije lo que quería hacer con ella y que desde hace unas horas atrás vino a mi cabeza.

—Bueno, si tanto me quieres entonces me ayudarás —sonreí leve.

—Amm, ¿A hacer qué? —me miró confundida.

Suspire antes de pedirle lo que quería.

—¿Podrías ir a la casa de Santi y traerme... su guitarra? —susurré con la mirada baja—. Solo... quiero sentirlo cerca, y esa guitarra era lo más importante para él.

—Val yo... —su voz salió temblorosa, pero luego dio un largo suspiro y me miro directo a los ojos—. Ésta bien. Lo haré.

Mi interior se emocionó, tenía a la mejor amiga del mundo y no había duda de eso.

—¡Gracias, Cyn! —salté sobre ella y la envolví en un abrazo, colocando mi cabeza en su hombro—. No sabes lo feliz que me haces.

Mi amiga me consoló un rato dando pequeñas caricias a mi cabello, si, volví a llorar.

Pero es inevitable hacerlo. Recordarlo es inevitable.

—Bueno, ya es tarde —dijo poniéndose de pie—. Debo irme Valery, pero prometo volver mañana con lo que me pediste.

—¿Pinky Promise? —estire mi dedito meñique dando una risita entre llanto.

—¿En serio? —río, pero luego enrollo nuestros dedos—. Pinky Promise.

Así cerramos nuestra promesa.

Después de despedirnos mi amiga salió de la habitación, quedando otra vez sola.

—¿Ahora que hago? —suspire con pesadez.

El viento de la tarde se colaba por las rejillas de la ventana, provocándome escalofríos.

—Uff, que frío —tartamudee—. Poncho, ven a mí —dije cubriendo mi cuerpo con la calentita cobija de florecitas.

Mi mente divagaba con mi vista en el techo blanco de mi habitación.

¿No les sucede que cuando su mente ya no está distraída en algo, tienden a recordar lo que quieren olvidar?

—Ay Santi —susurré—. Dueles demasiado.

Su recuerdo volvió a inundar mi cabeza obligándome a pensar nuevamente en él.

—Seré masoquista —dije a la nada—. Leí las cartas y cada palabra me quemó por dentro, ¿Estaría bien revivir lo que pasó luego de eso?

Me cuestione, a lo que después de unos minutos respondí.

—Vale la pena recordar a la persona que cambió mi vida —sonreí con nostalgia—, aunque duela.

Y así sigue nuestra historia después de las cartas, porque sí, no se quedó solo en palabras escritas en papel.

Mi chico de los ojos tristes siguió escribiendo nuestra historia con acciones y pequeños momentos, que serían inolvidables... para mi.

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¿Qué les está pareciendo?
¡Ya faltan poquitos capítulos!
🍬

¡Quería agradecer a cada uno por llegar hasta aquí!
Muchas gracias por la oportunidad que me han dado y por el gran apoyo.

Espero que la historia este siendo de su agrado.
También anhelo que Santi, Valeria y Cyntia (y tal vez Marcos, quien sabe que pasará, jiji) hayan podido ganarse sus lindos corazones.

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🍬¡IMPORTANTE!🍬

Los siguientes capítulos serán recuerdos, y como Valeria lo dijo:
ya no hay más cartas.
(escritas por ella)

Así que serán capítulos normales, donde ella recuerda lo que vivió con su chico de los ojos tristes.
;)

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Este capítulo fue dedicado a: Aleykuki ¡Gracias por el gran apoyo que me has dado desde el inicio! Eres muy especial para mi. Gracias también por la oportunidad que le has brindado a la historia.❤

Y bueno, sin más que decir, me despido.

Los quiere, Kaiby
<3