CAPÍTULO O5 ── IMPULSOS

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Luego de confesarle aquel mal sueño, una voz logró llamar la atención de ambos.

──¡Alucard, te estaba buscando! ──exclamó con una sonrisa, Sumi. A los segundos de ver la escena de la pareja su sonrisa se borró. ──Siento haber interrumpido. ──había dicho, queriendo dar la impresión de estar incomoda por lo ocurrido. 

No era la primera vez que los gemelos interrumpen momentos íntimos entre ellos. A Nicolle le disgustaba por completo, pero a Alucard... A él no. Creía que eran jóvenes divirtiéndose como cualquier otro; cuando algo como eso ocurría, les regalaba una sonrisa y preguntaba: Esta bien ¿Qué necesitas? 

Era tan amable.

──Quería que vieras lo que case. ──dijo, Sumi con una sonrisa apretada. ──Lo deje en en el cuarto, es algo pequeño, ¡Pero sé que te encantará!

──Iré en unos minutos. ──contestó con una sonrisa. La trigueña asintió para luego observar por pocos segundos a la rubia y marcharse  de allí.

Nuevamente la vista vuelve a recaer en la guerrera, la mujer leyó su mirada, ella suspiró y se separó de él. El vampiro besó su frente para luego decirle:
"Ellos sufrieron tanto como nosotros", con ambas manos puestas en los hombros de la fémina.

──Son más importantes. ──contestó.

El ceño del de rizos se frunció levemente, pues sabía que las palabras que salían de la boca de la mujer no eran sinceras. Sabía que iba a ser difícil tratar de llevar bien a los gemelos y a Nicolle, sin embargo, habían algunas cosas que no le gustaba oír de ella.

──¿Por qué dices eso...?

──Llevan... ¿cuanto tiempo aquí? Siento que estas aún más al pendiente de ellos que de cualquier otra cosa.
 
──Eso no es cierto. 

──Oh, vamos... ──dijo mientras quitaba las manos de Alucard de sus hombros, fastidiada. 

──Nicolle, estas siendo muy injusta. 

──¿Injusta? ──cuestiona con el ceño fruncido. ──Sabes que no me siento cómoda con ellos. Te confieso mis pesares todo el tiempo, sin embargo, cuando pasa algo entre nosotros llegan en el momento menos oportuno arruinando todo, Alucard, y es una mierda.

El Adonis calló por unos segundos, mientras quedaba analizando las palabras de ella.

──...Creo que necesitamos pensar en lo que se ha dicho hoy. 

──¿Qué? Me tratas como a una niña. Yo no soy ellos, a mí no me trates como a un padre. ──escupió, dejando al vampiro en silencio. ──Mí padre ya no está aquí para hacer lo que haces tú, Alucard. Incluso me daría la razón si estuviera vivo. ──dice sin quitar la mirada de los ojos color ámbar del inmortal, para luego retroceder unos pasos y girarse en dirección a la puerta, e ir fuera del castillo. 

Alucard había dado un pesado suspiro, no sabía qué hacer con la situación, al tiempo una voz le llama, era Sumi desde el pasillo cerca de la puerta de su habitación, logrando sacar de los pensamientos al vampiro. Alucard sigue su voz y la vé apoyada sobre el marco de la puerta con una sonrisa.

──Te demoraste mucho está vez.

──Lo siento.

──Siento haber interrumpido, yo solo quería que vieras lo que casé para tí.

──No te preocupes. Enséñame.

El vampiro entro a la habitación de la mujer y luego ella entro después de él sin antes cerrar la puerta.

──¿Dónde esta? ──preguntó, Alucard.

──Aquí. ──señaló una mesa pequeña a un lado de la puerta.

──Una liebre.

──Así es, ¿Qué te parece? Me esforzarse mucho por cazarla.

Alucard sonrió y felicitó a Sumi, éste iba a tomar al animal pero Sumi lo detiene. El vampiro güira su mirada en dirección a ella y ésta lo besa inesperadamente mientras sostenía su rostro con ambas manos. El vampiro aleja a la fémina sorprendido por su acción mientras queda en silencio.

──Alucard, yo... Lo siento.

──Pero ¿Por qué hiciste eso?

──Me gustas... Y no sabía cómo actuar, ya no lo soportaba. Siento mucho lo ocurrido, que vergüenza. ──confesó para luego salir corriendo de la habitación, dejándolo solo allí.

Nicole caminaba por las praderas, comenzó a recordar los momentos donde ellos convivían sin nadie más. Era increíble como todo había dado un giro de trescientos sesenta grados en tan solo semanas. 

Pasaban las horas y el sol comenzó a ocultarse, no se había dado cuenta de que estuvo fuera del viejo alcázar pensando en todo lo que ocurrió allí. Miró al cielo pensativa, era un bello arrebol, las nubes rojizas eran puestas delante de los rayos del sol, dando un aspecto hermoso.
La guerrera dió un pesado suspiro, para luego recostarse sobre el césped verdoso, cerró sus ojos para después quedar dormida.

──¿Has visto a Nicole? ──preguntó Alucard a Taka.

──No la he visto desde hace varias horas... ¿Puedo preguntar para que la buscas?

──No es importante... Solo que ya es tarde.

──Ya veo... Si quieres, podemos ir a buscarla.

──No es necesario. Se que volverá pronto.

Alucard caminó hasta su habitación, se sentó en la cama con el ceño fruncido, pensativo mientras apretaba las sábanas con ambas manos. Se sentía extraño y confundido. Al tiempo la puerta de su habitación se abre, el vampiro observa a la persona que se encontraba presente y sus ojos comenzaron a cristalizarse, era Nicole. Ella se acerca a él y lo abraza con fuerza mientras le pregunta el por qué llora, pero éste no responde, solo queda en silencio.

──Alucard... ¿Qué sucede contigo? ──preguntó una vez más luego de cortar con el abrazo, mientras lo miraba a los ojos.

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⏰ Last updated: Dec 24, 2023 ⏰

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