32 |Demonios del subconsciente|

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Skylar

Camino por la gran mansión Mikaelson siguiendo el sonido del llanto de un bebé, no se por qué, pero escuchar ese sonido me duele, recorro absolutamente cada habitación hasta que el sonido se detiene. Continúo mi rumbo hacia la única habitación que me falta revisar que es la mía y al llegar encuentro a una pequeña bebé dentro de lo que parece ser un ataúd en el lugar dónde debería estar mi cama y sonrío abiertamente al verla llevarse su pequeño pulgar a la boca.

—Hola, pequeña—Saludo acariciando su pequeña manito, intento levantarla, pero siento un dolor punzante en mi pecho, al bajar la mirada descubro que tengo un pedazo de madera incrustado en esa área, volteo rápidamente para descubrir que sucedió y me encuentro a esa persona que hizo de mi vida un verdadero infierno, veo la aterradora sonrisa en su rostro y sus ojos color negro cargados de ese profundo odio que por alguna razón me tiene a pesar de que yo no elegí que las brujas la trataran de ese modo ni ser una Jones

—Hola, niña—Suelta con ese tono frío que me causa escalofríos—¿Ibas a levantar a la bebé de su cama? ¿Por qué harías algo así cuándo tú y yo sabemos que eso solo le provocaría la muerte? Eres una plaga para todas las personas que amas, quién decida estar en tu vida se está reservando un lindo ataúd

—Vete al infierno—Logro pronunciar con todo el odio del mundo, ella me toma del cuello para hacer que la mire y me sonríe con diversión

—¿De dónde crees que vengo?—Pregunta burlona antes de despegar la madera de mi cuerpo y clavarmela en el corazón

Despierto en mi habitación con la respiración agitada y un nudo en la garganta, a mi lado se encuentra un atemorizado Klaus, quién me mira preocupado antes de apegarme a su cuerpo con tanta desesperación que pareciera que el que necesita el abrazo es él y no yo, estoy segura de que también tuvo una pesadilla y eso es extraño, han sido días bastante oscuros para nosotros por todo lo sucedido, pero aún así no solemos tener problemas para dormir, normalmente soy yo quién tiene sueños horribles o no puede dormir por el hecho de que mi columna vertebral duele y mi estómago tiene un tamaño tan grande que me resulta sumamente incómodo a la hora de conciliar correctamente el sueño.

—Amor estás helada—Murmura observandome con asombro y debe ver algo en mi mirada, porque me apega a su pecho de forma protectora—Estás bién, están a salvo conmigo, nada va a pasarles mientras esté con ustedes

—Yo voy a estar bién, los que corren peligro al estar en mi vida son ustedes, Elise tiene razón, soy una plaga para las personas que amo—Respondo con tristeza, él se separa y me hace mirarlo a los ojos mientras acaricia mi rostro con tanta suavidad que pareciera que cree que me voy a romper—Tu vida está en riesgo cada minuto que estás conmigo, deberías alejarte

—Eso no es cierto, mi vida comenzó cuándo te conocí, no vas a lograr alejarme, ¿Entiendes? Las pesadillas no son reales, en este mundo tu eres lo mejor que me ha pasado y que me pasará, estás a salvo y estamos juntos—Afirma dejando un beso en mi frente  que combinado con sus hermosas palabras me genera mil emociones, entre ellas el sentimiento de ser amada, felicidad por tenerlo conmigo y la seguridad de que todo va a estar bien siempre y cuando no nos separemos

—Te amo aunque a veces intente alejarte—Digo sincera

—También te amo aunque a veces intente alejarte—Asegura con esa sonrisa que alegra mis días y noches y llena mi alma vacía y calienta mi corazón

Luego de la terrible noche que tuvimos por nuestros demonios internos que parecen salir a flote en el momento más inoportuno, dejando a la superficie todos nuestros miedos, inseguridades y preocupaciones, ambos estuvimos en la obligación de ir a los funerales de las personas que perdimos en este último tiempo para presentar nuestro respeto a las personas que los amaban.

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Where stories live. Discover now