22 |Entre el perdón y el homicidio|

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Skylar

Han pasado algunas horas desde que Elijah me encargó cuidar a Klaus y ya se encuentra mucho más estable y está mejorando rápidamente, ahora me encuentro dibujando en uno de los sofás de la habitación el rostro de una niña, últimamente tengo la manía de dibujar distintos rostros de cómo me imagino a mi bebé, la dibujo de distintas formas: Con cabello rubio y ojos azules cómo su padre y su tía Rebekah, con ojos marrones y cabello castaño cómo yo y sus tíos, con cabello castaño y ojos verdes cómo Hayley y mi abuela materna, con cabello rubio y ojos marrones o mi cabello y los ojos de Klaus, sea cómo sea esa niña va a ser hermosa y no puedo esperar para verla.

—Eso no te va a ayudar—Le digo acusadora al verlo servirse bourbon en un vaso

—No creo que no lo haga—Dice encogiéndose de hombros antes de llevarse el vaso a la boca

—Bien, si quieres automedicarte es mejor el bourbon que la sangre de esas bolsas, sin importar que diga Elijah.

—No me hables de Elijah.

—El te ama, Klaus.

—Si, me ama y me lo prueba todo el tiempo, incluso cuándo mi padre lo convocó para matarme—Dice suspirando, recuerdo que me contó una vez que Mikael lo atrapó antes de que empiece la obra para pedirle que eligiera entre él y Klaus, él eligió a su hermano y su padre lo agacó, le dolió mucho no haber podido contra él—Elijah siempre se sintió culpable por esa noche, por no haber podido detener a mi padre, le dije que no se culpara, cuándo tu padre quiere matarte, quiere matarte y no se puede hacer nada al respecto

—Los padres son implacables cuándo se trata de proteger a sus hijos, pero también cuándo quieren matarlos, mi madre y tus padres fueron la prueba de eso—Digo dejando el cuadreno y lapiz a mi lado, su celular suena y lo observo con el ceño fruncido observando la pantalla

—Odio tener razón, mi hermana y su amante han sido vistos en la ciudad, el momento de los relatos acaba aquí, lo siento, amor—Se disculpa antes de tirar una estatua al suelo que estaba en el mueble y sacar la estaca de roble blanco de allí dentro

—¿Esa es la estaca que hicieron nuestras madres con ayuda de Alaric y el anillo de los Gilbert?—Pregunto sorprendida y el sonríe malvado anres de salir del lugar a velocidad vampírica, corro tras él sin dudarlo y lo encuentro en un callejón bebiendo la sangre de un pobre hombre que pasaba—¿Te volviste loco, acaso? ¿En serio piensas matar a Rebekah?

—Estoy perfectamente cuerdo, amor, y sí, voy a matar a mi hermana, pero primero necesito alimento con menos verbena.

—Antes de recuperar mis recuerdos, después de que mataste a la tía de Elena solo porque sí, de que casi nos matas a todos y de que las personas que consideraba mis amigos inentaron obligarme a sacrificarme solo por tu estúpido ritual, y cuándo hiciste que Tyler mordiera a Caroline, mi mejor amiga y la persona que amo cómo a mi propia hermana quise matarte.

—¿Qué fué lo que te detuvo de hacerlo?

—Tuve la oportunidad de unirme a Mikael en Mystic Falls, le clavé la daga y ayudé con él plan, pero no lo hice, lo pensé y fuí honesta contigo porque yo sé que hay algo bueno en ti a pesar de todas las cosas terribles que sé que has hecho y supe que si te lastimaba me llenaría de arrepentimiento porque aunque me negara a admitirlo te amaba y aún lo hago, si matas a Rebekah tú también te arrepentirás porque es tu hermana, no tengo idea de cómo se siente perder a un hermano, pero sé que no soportaría que si algo le pasara a Caroline o a Hayley, jamás podría superar algo así y tú tampoco, no sobrevivirás si eres tú quién la mata.

—A lo que casi no sobrevivo es a mi hermana y su invitación a la criatura más vil que ha pizado la tierra...

—Si, tú padre—Lo interrumpo con seriedad—Pero perseguir a Rebekah y Marcel hasta los confines de la tierra, aterrorizarlos cómo tú fuiste aterrorizado no va a cambiar el pasado, no te conviertas en tu padre

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Où les histoires vivent. Découvrez maintenant