🩸 [Un amor mortal] 🩸 [Toman x Takemichi Vampiro] [Yaoi]

🩸 [ 013. ] 🩸

Los altos mandos de la Toman estaban en el santuario por una reunión, estaban los Capitanes como Vice-Capitanes, Chifuyu estaba sentado en una roca pensando, mientras se agarraba su brazo vendado.

Baji miraba a su amigo con cierta preocupación, desde hace días que lo veía raro, además, que no dejaba que le viera uno de sus brazos y se alteraba cuando alguien se lo tocaba, cosa que hacia a Baji sospechar.

Mientras Mitsuya estaba descubriendo un par de cosas sombre el hombre de la pintura, cosas bastantes interesantes.

Como fotos viajas de un sobreviviente del Titanic y demás cosas.

Eso le hacia querer saber más, era imposible que fueran personas distintas, eran como ver dos gotas de agua, y Hakkai notaba como su amigo estaba comportándose extraño y estaba muy centrado buscando algo.

Mientras Draken miraba a Mikey, sabia el propósito de la reunión, el cual era algo que afectaba algo al de menor estatura.

El resurgimiento de los Black Dragons.

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Akkun: -tengo que admitir que el blanco me sienta bien- dijo modelando delante de sus amigos

Makoto: -Akkun diva aparece, ya era hora- dijo con sarcasmo

Ahora ya tenían sus uniformes y los estaban luciendo, estaban reunidos en la casa del clan Hanagaki, todos ya con sus trajes, los cuales fueron conseguidos por Koko, con el dinero de Takemichi.

Ahora Kisaki, como miembro del clan, vivía con ellos, le dijeron a Inui y a Koko que Kisaki había llegado recién a Tokyo y no tenia donde quedarse, y se quedaría con ellos, así no levantarían sospechas en los humanos.

Takemichi: -te recuerdo que me tienes que devolver el dinero- le dijo a Koko

Habían llegado a un acuerdo donde Koko le tenia que devolver el dinero.

Koko: -claro jefe, ya vera que incluso le traigo el doble que me dio- le dijo seguro

Takemichi: -eso espero- el dijo suspirando -(tengo que pensar en una forma de tener alguna fuente de dinero, el mío no alcanzara en algún momento)- pensó serio

Tras eso, se despidieron de los humanos. 

El ambiente de la casa, antes animado y cálido, se volvió pesado, los ojos de los vampiros se volvieron oscuros y carentes de amabilidad.

Takemichi: -vamos a comer- dijo con una sonrisa en su cara, era una amable

Las caras de sus amigos eran todo lo contrario a la de Takemichi.

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El sótano del clan Hanagaki era enorme, sus paredes evitaba que saliera el sonido y la temperatura era baja.

Pisos y paredes de mármol blanco, con jaulas de cristal, era un lugar oculto del mundo, era el lugar especial.

En las jaulas, personas encadenadas había, todos adultos, ni muy viejos ni muy jóvenes, todos había cometido un crimen en su vida, que los había condenado no solo a un tiempo entre rejas, sino tambien ser el alimento del clan.

La casa tenia dos sótanos, y donde estaba la comida era el segundo, era por medida de seguridad, por si alguien llegaba al primer sótano, así no vería el secreto del clan.

La puerta del segundo sótano se abrio, y las personas encadenadas comenzaron a temblar, era igual cada noche.

La puerta se serró y los vampiros bajaron, liderando la fila estaba Takemichi, con esa cara amable pero de ojos muertos, su paso era seguro y sin arrepentimientos de tener a todas esas personas a su merced.

Hace mucho tiempo que eso le dejo de importar.

Takemichi miro a sus vampiros y ellos entendieron, cada uno fue a una jaula, otros se paseaban entre ellas, estaban eligiendo que humano usarían esa noche para tener su sangre.

Era similar cuando alguien veía un menú, solo que los platos eran humanos.

Takemichi tomo unas llaves que estaban en una pared, y uno a uno fue abriendo las jaulas, los humanos temblaban cuando el pelinegro iba a su jaula, donde eran arrastrados afuera por el vampiro que los escogió, donde eran llevados a una habitación apartada.

Cuando todas las jaulas fueron abiertas y los humanos elegidos como vampiros se fueron, Takemichi miraba a los humanos restantes, los cuales temblaban, algunos lloraban.

Ellos ya no pataleaban, ni gritaban, los castigos por eso les había echo aprender que eso no estaba permitido. 

Las habían cortado las lenguas y piernas para que dejaran de molestar.

Aunque claro, no a todos, a algunos solo la lengua, a otros solo las piernas, mientras otros, al ver el estado de los otros, decidieron no hacer nada, salvándose de aquello. 

Takemichi: -saben, algo curioso me ha pasado desde que estoy aquí- dijo de repente mientras comenzaba a pasear

Ellos tenían miedo de Takemichi, parecía amable, pero le gustaba jugar con ellos, a muchos le dio falsas esperanzas de que los iba a sacar, pero eso nunca iba a llegar.

Takemichi: -eh conocido a dos chicos, y tuve la oportunidad de oler la sangre de uno de ellos- dijo serrando los ojos

Cada ves que paseaban delante de uno de ellos, estos se arrinconaban en una de las esquinas de sus jaula, como deseando que no los escogiera.

Takemichi: -su olor era tan exquisito, que casi ni me podía controlar- dijo mientras se abrazaba a si mismo -quería poder probar su sangre- dijo con un tono de añoranza y dulce

En su mente recordaba el rubio que salvo.

Takemichi: -el otro no pude olerla, pero de segura tendrá un olor exquisito, su cabello lila me atrajo como sus ojos, esa mirada, si hubiéramos estado solos....- dijo dejando la palabra en el aire y mordiéndose un poco el labio

Esta vez recordaba a Mitsuya.

De repente de paro delante de una jaula, abrio los ojos y dejo de abrazarse, para ver al humano nervioso dentro de la jaula.

Takemichi: -pero por desgracia me tengo que conformar con su sangre para saciar mi hambre- dijo con molestia

Abrió la jaula y sin cuidado se lo llevo.

En ocasiones, los clanes en ves de cazar, tienen humanos atrapados para poderse alimentar.