１ ９ ８ ５//[tysh/joshler]

18

~Josh~

-Muy bien. ¿Todo listo?-Dijo Austin apunto de encender la Volkswagen.

-Vamos.-Respondió Brendon.

El primo de Austin nos consiguen boletos para un partido de baseball esa noche. Eran las siete y el partido era en diez minutos. Todavía teníamos que pasar por Willow, Jenna y Debby.

Fuimos de casa en casa atrasándonoslo otros siete minutos hasta último llegando a casa de Jenna. Quien al abrir la puerta salió con... ¿Salió con Tyler?

-¿Cuantas entradas son?-Le pregunté a Austin.

-Siete.

Claro. Siete. Así que sí joder fiesta en la puta Volkswagen. Apenas Tyler y Jenna subieron. Venían entre risitas coquetas que hicieron que me tensara y apretara el puño.

Debby me miró y sonrió, y yo hice el mismo gesto. No sabía cómo decirle que no sentía nada por ella, y me engañaba solo. No podía. Así que fue una mentira que mantuve algún tiempo.

Austin arrancó la camioneta y todos íbamos con la esperanza de que hubiera espacio para estacionarla. Que por suerte lo había.

Terminamos llegando diez minutos tarde por el tráfico y un par de semáforos. Encontramos unos asientos y al fin pudimos ver el partido en paz.

Brendon y Willow fueron a conseguir refrescos y algo para comer para todos. Estábamos en un puño en la gradería de atrás. Estábamos, Debby, Austin y yo juntos en la fila de atrás, y frente a nosotros Willow, Brendon, Tyler y Jenna. Que para sorpresa estos últimos estaban bien juntitos.

Pese a el pequeño ataque de celos, intenté no darle importancia, me distraje con el refresco y el partido.

Algunos de mis amigos iban pintados con los colores de su equipo en las mejillas o alguna camisa del número de su jugador favorito.

A la mitad del juego me dieron ganas de ir al baño, me había tomado toda la gaseosa de una sentada. Le avisé a Austin que iría solo para que supiera. Pasé detrás de los asientos del castaño, quien me miró de reojo de arriba a abajo. Él al verme pasar, deslizó sus dedos por la nuca de la rubia comenzando a jugar con su cabello. Maldito desgraciado.

Sabía que de cierto modo, había algún tipo de vibra entre ambos de la cual nunca hablamos ni nombrábamos. Solo la ignorábamos y dejábamos que cosas cómo estás pasaran.

Respiré hondo mentalizándome de que no tenía derecho a ponerme así por eso. Es decir, no éramos nada.

Fui al baño, me lavé las manos y me miré en el espejo. Estaba algo pálido, y sudoroso, quizás por la emoción del partido. Los gritos de la multitud se oían por fuera.

La puerta se abrió dejándome ver esa cara que me volvió loco.

-¿Qué?-Fruncí el ceño.

-¿Estás molesto?-Vaciló.

-¿Yo? ¿Por qué? No.

-Claro. Estaba comiéndome a Jenna cuando llegaron por nosotros.-Se apoyó en fregadero mirándome por el espejo.

-¿Estas intentando tocarme los huevos acaso?-Dije algo molesto.