𝗖𝗛𝗔𝗢𝗧𝗜𝗖 | 𝗅𝗈𝗄𝗂 𝗅𝖺𝗎𝖿𝖾𝗒𝗌𝗈𝗇

024. 𝗁𝗈𝗎𝗌𝖾 𝗈𝖿 𝗍𝗁𝖾 𝗋𝗂𝗌𝗂𝗇𝗀 𝗌𝗎𝗇

— CAPÍTULO —
VEINTICUATRO

"la casa del sol naciente"

La cuestión de que el oxígeno de la nave se acabaría a la mañana siguiente se resolvió. No por encontrar una manera de obtener más, sino porque la salvación llegó a nosotros en forma de faro de luz.

O, como ella decía llamarse, Carol Danvers.

Lo que me preocupaba más era Tony. Se veía débil, cansado, y listo para dejar de vivir. Y yo me había negado a esa posibilidad. Después del gran y aplastante fracaso que nos dejó Thanos no podía permitir que nadie más se dejara vencer. Pude haberle dicho sobre la certeza que tuve en sueños sobre que Tatia estaba viva, pero preferí no hacerlo.

No por miedo a estar equivocada, cosa que casi nunca pasaba; sólo era por el hecho de que no se veía bien. Una noticia tan abrumadora podría causar un impacto demasiado fuerte para su estado.

Cuando la nave aterriza con la ayuda de Carol me adelanto a pasar uno de los brazos de Tony sobre mis hombros para ayudarlo a mantenerse en pie. Salimos al exterior y lo primero que veo es a Steve Rogers corriendo en nuestra dirección.

Dejo que sea él quien ayude a Tony desde ese punto. Me quedo atrás con Nebula y Aquila hasta que un mapache se nos acerca. Literalmente un mapache caminando sobre sus dos patas traseras y con ropa.

Los tres hablan en voz baja sobre asuntos de los Guardianes de la Galaxia que seguramente sólo ellos entendían. Decido entrar al complejo de los Vengadores para asegurarme de que Tony no se muriera en el camino.

Al cruzar la entrada recuerdo la aversión que siempre he sentido por estos héroes. Tal vez fuera la tan leal y molesta moral que dicen tener al hacer su parte por salvar el día, la cual detesto. O también podía ser el hecho de que por su intervención me habían llevado prisionera a Asgard hace ya tantos años. Cualquiera de esas cosas y las tantas razones detrás de mi persona no eran compatibles con ellos.

Lo supe al entrar al lugar. A sus ojos yo no era más que una villana que habían derrotado en el pasado, y lamentablemente eso manchaba mi imagen. Poco me importaba en realidad, pero tampoco era agradable saber que al mirarte no veían tus razones, o las cosas que te llevaban a actuar en formas cuestionables. No, ellos sólo veían tus errores. Justo como en ese momento.

—¿Qué hace ella aquí?

—¿No es la que invadió el planeta junto a Loki?

Pongo los ojos en blanco ante eso.

—He vivido en la Tierra desde antes de que naciera este país como lo conocen. —les dedico una mala mirada a todos.

Pero mi molestia disminuye en gran medida cuando escucho una risa infantil. Del otro lado de la habitación un bebé camina con más seguridad que en sus primeros pasos, la última vez que lo vi. Viene con sus enormes y relucientes ojos enfocados en mí.