VIII: The Ghost Of You

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Gerard

Subo las escaleras de dos en dos, casi corriendo hasta llegar a mi piso. Una vez arriba, no espero mucho para emprender la carrera hasta mi habitación.

Cierro la mano en un puño, arrugando la nota que hace poco me acaba de entregar Margaret, pero es que...¿Quién es el gracioso que le encanta descolocarme de esta manera?

Abro la puerta de mi cuarto y allí veo a Mickey, quién está arqueado sobre los monitores, dándole los últimos ajustes, al tiempo que tararea una canción. Este me presiente entrar y solo sonríe sin dejar de terminar su tarea.

—¿Acaso no te fue bien en el tour con Sunshine? No me digas...Ella se dio cuenta de que no eres su tipo y me está esperando allá abajo, para que le acompañe el resto de sus días. —Le gruño en respuesta y él se echa a reír.

Ieron grazna al verme y me acerco su jaula dejando entremeter mis dedos en las rejas de este, mientras que lanzo mi bastón hasta la cama con mi mano libre. Mi cuervo se acerca y acaricia su cabeza con mis dedos ante el gemido angustioso de Mickey. —Curiosamente, de haber sido así...me vería en la penosa necesidad de lanzarte al foso de los condenados.

Volteo a verlo y él se levanta sobre sí mismo, después de ajustar unos cables detrás de las pantallas. Su cara es un poema y él me saca el dedo al igual que su lengua, a la par de que me echo a reír, olvidando momentáneamente la razón por la cual he regresado en primer lugar.

—O sea, eso quiere decir que debo preparar mis maletas, así como mi mente para vivir con tu madre ¿Verdad? —Ambos nos estremecemos con un escalofrío de solo pensar semejante idea. —No puedo imaginarme que mal te he hecho, como para que quieras hacerme semejante maldad, Gery.

Incluso, hasta para mí...ese es un castigo demasiado fuerte.

Niego con la cabeza ante su mirada de pánico simulado y nos echamos a reír nerviosos y asustados.

Definitivamente, pensar en Danna, produce este efecto.

—¿Y bien? —Alzo la ceja ante los brazos cruzados y la mirada curiosa de Mickey. —Si Sunshine no me espera, ¿Cuál es el motivo por el cual estás aquí conmigo, y no abajo con ella? —Su tono curioso y un tanto hastiado, es un reflejo de mi propio humor en este momento.

—Por esto. —Le extiendo la nota a Mickey y este la toma, leyéndola al instante.  Su cara pasa de ser una máscara neutra a una mueca de preocupación y desconcierto.

Sí, hasta él, no entiende esa nota.

Él se sienta en la silla frente a los monitores y se rasca el mentón un tanto concentrado en la lectura. Solo pasan segundos, antes de que él alce la cabeza y levante su ceja muy confuso. —¿Acaso sabes quién te manda esto, Gerard?

Solo niego con la cabeza. —No dejó la más mínima pista, el muy imbécil. Ni nombres, ni dirección...¡Nada! Y eso me molesta, ¿Sabes?

Empiezo a dar vueltas por la habitación y Mickey enciende las pantallas. Estas poco a poco dan una imagen muy blanquecina, pero con el pasar de los segundos se reestablecen a su color original.

De repente, una idea pasa por mi cabeza, como si de flash de cámara fotográfica fuera. —¡El acosador!

—¿Quién? —Mickey alza sus cejas y levanta la vista de las pantallas. —¿De que hablas, Gerard?

—Pon las grabaciones de anoche.

—Pero...¿Para qué?

—Solo colócalas, y luego te explico.

Mickey obedece sin rechistar y revisa una a una las cámaras, hasta que logramos dar con el objetivo. —¡Detén la grabación ahí! —Él obedece y ve lo mismo que yo vi en la mañana. Detengo el vídeo antes de que el hombre borroso voltee hasta la cámara y detecto algo que no había notado antes: él deja algo en el buzón metálico al costado de la casa.

House of Wolves [W #01]Where stories live. Discover now