❝𝑷𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝑷𝒓𝒊𝒎𝒂𝒗𝒆𝒓𝒂❞ ── 𝑩𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏 𝒙 𝑶𝑪

11; 𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏𝒂, 𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

Parte 1

Mis ojos se abrieron debido a que sentí una presencia a mi lado. Todo estaba oscuro, pero pude notar que era Sanzu, así que me levanté para quedar recargada sobre mis codos y en ese momento él prendió la lampara de mi mesa de noche permitiéndome observar con la tenue luz mi alrededor. 

Todos estaban en mi cuarto cosa que me hizo preocupar, pues no entendía porque estaban ahí y únicamente escenarios malos cruzaban por mis pensamientos.

— ¿Qué pasa? ¿Está todo bien? — mi voz era ronca debido a que aún seguía adormilada.

Me senté en la cama para que con mis manos pudiera tallar mis ojos y despertar un poco más. Nadie me contestó, todos estaban esparcidos por la habitación, siendo Koko y Sanzu los únicos cerca de mí.

— ¿Qué ocurre? — volví a cuestionarlos con más preocupación, pues tenía miedo de que algo hubiera sucedido, pero siguieron en total silencio.

Sanzu comenzó a acercarse a mí sin decir palabra alguna, tomó mis mejillas y comenzó a besarme.
No sabía que era lo que pasaba, estaba tan confundida que no supe cómo reaccionar ante su acción, ¿Qué hacían todos en mi cuarto a estas horas de la madrugada? ¿Qué hacía Sanzu besándome frente a todos? Mi cuerpo no reaccionaba, estaba totalmente paralizada, no podía responder al beso.

— Bésalo — escuché a Kakucho ordenármelo y sin saber cómo, ni porqué, comencé a besarlo obedeciendo a su orden.

Mi boca reclamada la suya con deseo, estaba haciendo lo que venía deseando desde que lo volví a ver. Siguiendo el beso me puse de rodillas sobre la cama permitiéndome acomodar mejor para él. Enredaba mis manos en sus cabellos jalándolo más a hacía mí para evitar que se separará, sus manos se abrieron paso bajo mi pijama hasta llegar a mis pechos los cuales comenzó a apretar con desesperación para después hacer lo mismo con mi trasero, su toque delataba cuanto había estado deseando eso. 

Me cargó y enredé mis piernas en su cadera para aferrarme a él aún siguiendo el beso, me recostó con cuidado a la orilla de la cama y entonces se detuvo alejándose de mí.

Me senté sobre la orilla de la cama volteando a ver quien se acercaba a mí y entonces vi a Mikey, quien una vez se colocó frente a mí, me empujó levemente con su mano haciendo que nuevamente me recostara sobre la cama. Acercó su cara para quedar frente a la mía, haciendo que nuestros labios rosaran.

— Dinos quién se queda y quién se va — susurró contra mis labios mientras tomaba mis manos para pasarlas por encima de mi cabeza. Al no obtener una respuesta mía continuó — ¿Nos quedamos todos? — asentí lentamente, pero en ese momento su mano se estrelló en mi mejilla — Contéstame cuando te hablo — aquella acción me había excitado a tal grado que sentía ya no podía hablar, ya no podía pensar y entonces sentí una de sus manos colarse a mi zona para comenzar a acariciarla —Habla.

— S-sí — alcancé a penas a formular, pues su traviesa mano robaba mi atención.

— ¿Sí qué? — introdujo un dedo en mi interior haciéndome arquear la espalda.

— Sí qui-quiero que se queden to-todos — solté entre gemidos, y en ese momento todos se acercaron a la cama.

Esa era la señal que estaban esperando.