04; 𝑻𝒆𝒏𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒖𝒏 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂...

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Abrí mis ojos poco a poco debido a la luz que entraba por el ventanal de la habitación y lo primero que vi fue a Sanzu frente a mí con la sábana tapando de su cadera para abajo, su pecho estaba desnudo permitiéndome apreciar la vista. No tenía ni una marca sobre él, su piel era perfecta y podía notar su respiración tranquila.

En verdad era bastante guapo, tenía unas pestañas de ensueño, y esas cicatrices en forma de rombo adornaban de manera característica su rostro haciéndolo lucir único. Sonreí después de apreciarlo unos minutos y me di la media vuelta.

Ahora estaba frente a frente con Koko. Su cabello estaba un tanto despeinado haciéndolo lucir bastante sexy, la sábana cubría de igual manera de su cadera para abajo lo cual aproveché para grabarme cada parte de su pecho. Sus facciones eran realmente finas y sus ojos eran un poco más rasgados que los de Sanzu, realmente eran muy atractivos.

Sentí una mano rodearme por la cintura, el pelirrosa había despertado y me di media vuelta para quedar frente a frente con él.

— Buenos días, preciosa — dijo mientras dejaba un beso en mi nariz.

— Buenos días, guapo — sonreí ante su beso y me sonrojé un poco.

— ¿Qué hora es? — estiró su brazo hacia la mesa de noche en busca de su celular — Mierda — exclamó y se levantó de golpe buscando sus bóxers — ¡Koko, Koko! Despierta — gritó mientras se vestía.

Me giré hacia el antes nombrado para moverle y ayudar a despertarlo, aún sin entender que sucedía. El peliblanco tenía el sueño bastante pesado.

— HAJIME — gritó más fuerte mientras terminaba de vestirse y el peliblanco finalmente se despertó de golpe.

— ¿Qué mierda pasa? — contestó enojado con el ceño fruncido, el cual cambió cuando su mirada se cruzó con la mía — Buenos días, guapa — me sonrió y no pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro.

— El jefe, tengo diez llamadas perdidas de él, aún no sé qué pasa — informó viéndose frente al espejo mientras se terminaba de colocar su corbata.

— Lo pusiste en silencio ¿En serio? Pero dijo que podíamos tomarnos el día. ¿Qué mierda habrá pasado? — se levantó de la cama para comenzar a vestirse.

— Cállate imbécil que tú ni siquiera lo has de tener encendido — Koko subió los hombros en señal de desinterés.

Yo seguía sin entender aún sentada en medio de la cama.

— Dani, perdón pero ya no podremos llevarte, es de urgencia que nos vayamos o nos van a matar — escuché decir a Sanzu un tanto apenado.

— Claro, no hay ningún problema, puedo pedir que vengan por mí sin problemas — les ofrecí una sonrisa tranquilizadora.

Koko terminó de vestirse y ambos se acercaron a darme un beso de despedida.

— Cuídate, bonita — Koko me sonrió mientras se acercaba a la puerta.

— Un placer, pequeña — dijo Sanzu regalándome una fugaz sonrisa antes de que ambos desaparecieran por aquella puerta.

Solté un gran suspiro y me levanté para caminar hasta la mesa en donde se encontraba mi bolso, saqué mi celular para ver que marcaba las once de la mañana. Habíamos dormido bastante pues no habíamos descansado en toda la madrugada, parecía que esos hombres jamás se cansaban.

Decidí volver a descansar mientras me revolcaba en la enorme cama teniendo flashbacks de todo lo que hicimos aquella madrugada. Esos hombres eran lo que le seguía de buenos en la cama, supongo que se debe a que son el tipo de hombres que no han de pasar ni una noche solos, eso me hizo sentir un tanto decepcionada, pero ¿Por qué me sentía así al pensar eso?

❝𝑷𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝑷𝒓𝒊𝒎𝒂𝒗𝒆𝒓𝒂❞ ── 𝑩𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏 𝒙 𝑶𝑪Where stories live. Discover now