23 | Vida real.

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12:45 pm.

Alissa Wayne caminaba estresada por su habitación de hotel con si celular en mano, donde indicaba la media hora que llevaba de llamada con su mejor amiga Clarissa, quien acababa de despertar.

Clara<3

¿No trajiste tu vestido negro? —habló
la rubia aún acostada en su cama.

Si pero creo que es muy formal, como
para una cena, salida de noche, ajá. —bufó.

¿Que más tienes? Enséñame la maleta.

La castaña giró su cámara y mostró toda la ropa colgada en el armario de su habitación, cosa que hizo desde el primer momento en que pisó su habitación y ahora mismo se alababa a si misma por tener aquella mania pues le era más fácil buscar que ponerse o algo con que combinar ropa.

Esa polera blanca con el pantalón blanco
y tu labial rojo que llevas, uf. Pero si te
ensucias, valiste mier...

Lo sé. Okey, una opción de blanco, ¿algo
más que veas bien? —mordió su labio inferior.

Mmm, ese jeans con una blusa negra.

Okey.

La actriz rápidamente tomó los conjuntos antes hablados y los coloco en su cama bien ordenados. Cortó la llamada con su amiga quien estaba poco a poco volviendo a dormirse e inmediatamente se dispuso a enviarle una fotografía a sus amigos los cuales consideraba familia.

En el pie de la foto les preguntó cual era más bonito y en pocos segundos ganó la blusa negra.

13:15 pm.

Gritó.

Con prisa se colocó su ropa y corrió hasta su baño para darse unos últimos retoques en el maquillaje natural, al cual quitó el labial rojo pasión y se coloco algo neutro.

Último vistazo, estaba lista.

Tomó su pequeño bolso donde tenía dinero, chicles, sus tarjetas, audífonos (aunque no los usaría) y espacio suficiente para la tarjeta de su habitación y su teléfono.

Roció un poco de perfume en su cuello y salió de la habitación de hotel para dirigirse al elevador el cual la llevaría hasta el punto de encuentro con ese apuesto rubio.

¿Estaba nerviosa? Por supuesto que si.

No todos los días tienes la oportunidad de salir con Chris Evans a solas, siendo él quien te invite después de una cena entre amigos en donde se bebió el suficiente alcohol como para reír por la mínima interacción.

Estaba agradecida con que Chris no la haya tachado de loca por reírse de todo y todos.

Finalmente el infierno de caja metálica se detuvo en el primer piso y salió de este revisando su teléfono; 13:30 pm. Había sido completamente puntual y se sorprendió de ver al rubio entrando por la puerta del gran edificio a la hora exacta.

Ambos se vieron al instante y con una sonrisa se acercaron, esquivando a todas las personas que se encontraban en el lobby a medio día para hacer Dios sabe que.

—Hola. —habló primero el rubio una vez juntos y con nervios se acercó a besar la mejilla de la castaña, quien sonrió ampliamente.— Te ves increíble.

—Tú te ves guapísimo. —fue su momento de halagar viendo la sonrisa nerviosa del actor.

—¿Vamos? Hay una camioneta esperando por nosotros. —ofreció el rubio.

—Claro, muero de hambre.

Ambos actores y próximamente compañeros, se colocaron unas gafas negras y rieron por aquel acto en sincronía. A la par caminaron hacia el exterior del edificio y sin problemas se subieron a la camioneta que esperaba por ellos.

En todo el transcurso del viaje ambos se intercambian cortas palabras pero unas amplias sonrisas al igual que fugaces miradas por sobre los lentes o simplemente usando estos como cortina para evitar que el otro note su mirada.

Finalmente el vehículo se detuvo y Chris fue el primero en bajar, sosteniendo la puerta y ofreciendo su mano a la castaña para que baje cómodamente cosa que agradeció sintiendo su corazón acelerado cuando sus manos se juntaron.

Evans no podía estar más satisfecho con aquella acción que por resultado ahora se mantenían sujetos de la mano sin incomodidad.

Ambos fueron posicionados en una mesa al aire libre donde finalmente se desenvolvieron entre ellos comenzando con una larga conversación sobre absolutamente todo.

Ambos querían saberlo todo del otro y eso se podía ver en la forma en que escuchaban atentamente lo que el contrario contaba y como de vez en cuando hacían preguntas mutuas sobre el tema, confirmando que estaban atentos.

Su almuerzo pasó rapidísimo, entre anécdotas y bromas, ambos nuevamente se encontraban fuera del local, otra vez agarrados de la mano pero siendo ahora Alissa quien llevaba al rubio por las calles de la ciudad mientras reían y conversaban.

Más de una persona los vieron sorprendidos y sonrientes, a simple vista parecía una linda pareja vacacionando en Australia y para otros eran dos actores famoso juntos: escándalo.

Juntos llegaron hasta un local escondido donde vendían helados y tomaron asiento sin dejar de charlar y burlarse entre ambos mientras esperaban su pedido.

Para Alissa aquel almuerzo había sido lo mejor en su corto viaje a aquella ciudad. Que Evans apareciera de la nada por asuntos laborales y pasar sus últimos días junto a ella, era completamente un sueño, temía que en cualquier momento fuese a despertar y todo aquello nunca pasó.

Y Chris, él era hecho un mar de emociones. Se sentía feliz y completamente él mismo junto a la castaña, como ella lo hacía reír tan fácil y como tenía la confianza de hablar de todo. Pero le era un poco imposible no pensar en algún momento sobre lo público que estaban siendo.

No era secreto que a Evans le gustaba mantener su vida privada en eso, en privado, pero estaba dispuesto a considerar cualquier cosa por ella, por Alissa.

Y por muy loco que suene, se sentía listo para cualquier cosa con ella.

























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