ENCADENADO [Tomo I, II]

La Biblioteca: 06

El sudor de mis manos está pasando y mi corazón poco a poco va disminuyendo su latido...

—Uf, eso estuvo muy cerca —exhalo—, no llegué a la habitación de Kayla como había quedado, ¡Mierda!, se preocupará. Tú debes ser Jack el que mencionó Anabelle.

—Sí, soy yo, el mayor hijo de Anabelle.

—¿Entonces tiene más hijos aparte de ti? —le pregunto sorprendido.

—Así es y está dentro de este orfanato.

—¿Y quién es?, pueda que lo conozca.

—Las únicas pistas que tengo de él es un acta de nacimiento y que posee un buen coeficiente de conocimiento.

—¿Buen nivel de coeficientes dices?

—Sí, son pruebas que realizaron a todos los jóvenes de este orfanato hace dos años, donde los únicos que sacaron un excelente resultado fueron dos.

—¿Tienes idea de quiénes puedan ser?

—No, solo oí ese día hablar a Olivia y Anabelle desde aquí mismo, que ya había hecho la prueba y que solo dos la aprobaron, robé esas hojas con la esperanza que coincidiera el nombre del acta con el nombre de las hojas, pero no había nombres puestos en las hojas.

—No entiendo nada, ¿cómo estás tan seguro que uno de ellos es tu hermano?

—Porque nunca corté comunicación con Olivia y me dijo que en el año 1999 que entré a este pasadizo, Anabelle dio a luz el hijo que estaba esperando. Esa fue nuestra última plática hasta hace dos años que me dijo que a mi hermano se le realizó una prueba de conocimiento donde él y otro chico fueron los únicos que aprobaron, pero no alcanzó a decirme su nombre porque no pudimos vernos más, ya que Anabelle instaló cámaras por todos lados como seguridad y la vería si se reunía conmigo.

Hasta que en este sitio encontré un acta de nacimiento que al parecer Olivia metió aquí, el mismo día que nació el niño.

—¿Aquí en este hueco?

—Ven, te mostraré que no es un simple hueco.

Todo está oscuro, apenas veo mis pies, empiezo a caminar detrás de Jack para ver lo que tiene para mostrarme.

—Bienvenido al secreto más buscado de Smyllum Park —dice Jack apartando una cortina roja y extendiendo los brazos horizontalmente.

Esto es lo más hermoso que he visto en mi puta vida, hay estantes altísimos, con cientos y cientos de libros en cada uno, con unas brillantes luces que desprenden desde las paredes llamando la atención a cada segundo, esto es como si fuera el "Corazón del Monstruo".