Aguantó como un valiente los 20 minutos que quedaban de sesión. No era el único hombre en aquel lugar, y sabía que no era el único que estaba disfrutando de las vistas, y babeando. Tampoco era el único que intentaba disimular una erección. Pero seguro que era el único que quería liarse a golpes con todos los que estaban en su misma situación, cubrirla con una enorme manta, y sacarla de allí, y ... Ese era el problema, que no podía haber un "Y". No tenía ningún derecho sobre ella, no le pertenecía, no era su chica, sólo era su amiga. Y tenía muy claro que ella era una persona muy estricta con su trabajo, y aquello estaba claro que era trabajo. Cuando los biombos se apartaron por última vez, una Elsa cubierta por una corta bata caminó a su encuentro.

-           Gracias por venir. Espero no haberte importunado.-

-           Nah, no estaba haciendo nada del otro mundo.-

-           Realmente has sido mi salvación. Cuando empezaron a extender toda esta pintura corporal encima de mí, no se me ocurrió preguntar cómo se quitaba. Suponía que saldría con una simple ducha, pero no es así.-

-           ¿No sale con desmaquillante?.-

-           Con todo lo que me han puesto, necesitaría un bidón de 5 litros. La maquilladora me dijo que era mejor darme una ducha a fondo, con un jabón especial.-

-           Y ahí entro yo.-

-           Odiaría manchar mis sábanas nuevas con este potingue, y por lo que he notado, si unimos calor a la mezcla, sería lo mismo que haberme cubierto la piel con esparadrapo.-

-           Ugh, duele solo de pensarlo.-

-            A mí me lo vas a decir, antes se me quedó pegado un trozo de muslo. Tuvieron que retocar todo el maquillaje.-

Chris se fijó en su cara. Ni siquiera todo aquel maquillaje podía camuflar el cansancio que arrastraba.

-           Tienes mala cara.-

-           Cuando llegue a casa, me voy a meter en la cama y dormir al menos 10 horas. Estoy molida.-

-           ¿Quieres que te acerque a casa?.-

-           Todavía tienen que quitarme todo esto. No hace falta que te quedes.-

-           Hagamos un trato. Tú te haces una foto conmigo, así vestida, para dar envidia a los amigos, y yo te prometo que te llevaré hasta la cama, aunque te duermas en mi coche.-

-           Vale.-

Chris le tendió su teléfono a un asistente, y Elsa deslizó la bata por sus hombros. Con cuidado, se apretó  a su pecho y volvió el rostro hacia el objetivo. La mano de Chris se posó con cuidado en su espalda desnuda, sintiendo el frescor de la piel de Elsa sobre el calor de su palma. Cuando le devolvieron el teléfono, no pudo evitar mirar como ella volvía a acomodar su bata de nuevo. Sus ojos estaban hambrientos por captar de cerca cualquier parte desconocida para el resto de los mortales. Y algo vio, ¡vaya que si lo vio!.

Chris repasaba la foto en su móvil, se debatía entre enviarla o no. Por un lado, se moría de ganas por decirles a todos que Elsa estaba en su camino, y que ninguno se atreviera a interponerse. Pero ella sólo hacía una semana que se había separado de Adam. Meterse en una relación tan pronto podía ser malo para ella. ¿Pensarían que él tenía la culpa de su ruptura?. ¿Creerían que ella era una víbora que cambiaba de presa con facilidad?. Sabía que él era mejor partido que Adam, era dos años más joven, y tenía unos ingresos mucho más sustanciosos que la mayoría de compañeros, gracias a la publicidad. Su agente estaba en la gloria con él. Tener aquella cara y aquel cuerpo atlético, eran un gancho abrumador. Ganaba tres veces más con la publicidad que con su contrato deportivo. Estaba en un momento muy dulce, y seguramente iría a mejor. 

Una nueva cazadoraWhere stories live. Discover now