Propuesta

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Para Light, lo peor de pasar las 24 horas del día esposado a Ryuzaki no era tanto la ausencia de privacidad, sino la falta de sueño. A pesar de la gran cantidad de tiempo que pasaban trabajando en el caso Kira, L nunca tenía suficiente; lo normal era que el detective se llevase el portátil a la cama, de manera que Light podía descansar mientras él seguía trabajando. No había sido tarea fácil acostumbrarse a los patrones de sueño de L, pero Light por fin había aprendido a dormir con su constante tecleo de fondo. 

Aquella noche, sin embargo, el joven estaba teniendo verdaderos problemas para conciliar el sueño. Tenía demasiadas cosas en la cabeza. Por una parte, estaba la Yotsuba. Gracias a la imprudente infiltración de Matsuda en la sede de la empresa, habían conseguido vincular una serie de asesinatos presuntamente perpetrados por Kira con la corporación. Por supuesto, las víctimas habían fallecido debido a un paro cardíaco y, además, sus muertes beneficiaban claramente a la empresa. Todas las pruebas apuntaban a que por fin habían conseguido localizar a Kira.

Aún así...

Light no podía dejar de pensar en lo mucho que se identificaba con la forma de actuar de Kira. Al fin y al cabo, no era la primera vez que se descubría pensando en que algunos criminales estarían mejor muertos y, por supuesto, las sospechas que Ryuzaki lanzaba sobre él continuamente no hacían más que alimentar su miedo.

"Light-kun", susurró el detective, sin apartar sus enormes ojos de la pantalla del portátil, "¿qué pasa? Normalmente a estas horas ya estás dormido. Hoy te encuentro especialmente pensativo..."

Light se sobresaltó ligeramente. A decir verdad, estaba tan acostumbrado a la presencia de Ryuzaki que, de alguna manera, se había olvidado de que no estaba solo en la habitación.

"Supongo que se debe al día que hemos tenido hoy, Ryuzaki...", respondió, girándose para mirar al techo, "Me preocupa la Yotsuba."

"¿Hm? ¿A qué te refieres?"

"Me refiero a que, si nos retrasamos mucho en identificar al verdadero Kira, es muy probable que los asesinatos sigan. Deberíamos apresurarnos para salvar a todas las víctimas que podamos. ¿Tú qué crees, Ryuzaki?"

Esperando una respuesta, Light volvió la vista a L, que estaba recostado a su lado con las rodillas flexionadas y el portátil apoyado en el abdomen. Aunque Light ya no se sorprendía de ello, el detective ni siquiera tenía un pijama como tal, sino que usaba las mismas prendas de vestir que llevaba a diario incluso para dormir; Watari era el encargado de proporcionarle ropa limpia dos o tres veces al día. A pesar de la pregunta directa, L siguió totalmente concentrado en su trabajo, por lo que no contestó inmediatamente. Esto irritó en sobremanera al joven castaño.

"Además", prosiguió Light, esta vez de forma más brusca, "el hecho de que no dejes el maldito portátil ni un segundo no es que contribuya a mi descanso. Por una vez, podrías pensar en dormir a una hora decente, como la gente normal."

Ahora sí, Ryuzaki apartó la vista de la pantalla para mirar a Light. Estaba visiblemente sorprendido por ese cambio de actitud tan repentino. Por su parte, Light se esforzó por no mirarlo de vuelta y volvió su espalda al detective.

¿Por qué demonios estoy tan molesto?

No estaba molesto; estaba harto de Ryuzaki y de las malditas esposas que lo unían a él. Estaba harto de no tener siquiera un mísero momento de intimidad para ordenar sus pensamientos. Sin duda, eso era.

"Creo que Light-kun está un poco tenso hoy... ¿Quizá le vendría bien un masaje?"

Light, aún más enojado por la respuesta sarcástica del detective, se limitó a desdeñar su estúpida propuesta con un sonido de desaprobación. ¿Acaso se estaba riendo de él?

Lo siguiente que percibió fueron las manos de Ryuzaki en su espalda.


¿Pero qué...?

EspiralWhere stories live. Discover now