《 The Wolf's Love 》

『 CHAPTER NINE 』MARATHON 3/3

—Bien, ya nos encargaremos de el—dice Jake abrazándome por los hombros, yo asiento en silencio.

—Ya te dije que no necesitamos que se encarguen de nada—sisea Edward mirándolo mal mientras acerca un poco a Jacob.

—No me interesa lo que necesiten—le responde Jacob de la misma forma mientras se acerca igual de desafiante, mi hermana y yo nos acercamos rápidamente para separarlos.

—Ya es suficiente—sentencio cansada de su comportamiento.

—Estamos cansadas de esto, así que dejen de discutir, ¿entendido?—ambos se miran retadores  y asienten levemente en silencio ante lo dicho por mi hermana.

Ambas suspiramos intentando creer que van a hacernos caso y dejarán sus cosas de machos alfas de lado.

Los días siguientes pasan como agua en un río, ambas especies consiguieron trabajar en equipo y sin problemas para sorpresa de muchos, por no decir de todos. La manada nos cuidaba mientras los Cullen cazaban, y los Cullen mientras la manada debía hacer sus recorridos y guardias. Por consiguiente, Jake pasaba cada vez más tiempo conmigo, me ayudaba con mis tareas, veíamos películas, jugábamos juegos de mesa, salíamos a caminar, etc.

Al parecer habló con Sam la misma noche en que sucedió lo del vampiro extraño en casa, le pidió un poco de flexibilidad en cuanto al tiempo y las veces que tuviera que marcharse, ya que se preocupa demasiado por mi padre, mi hermana y de mi, principalmente de mi, según sus palabras. Así que, sorpresivamente, Sam fue bastante empático y accesible con el, por lo que lo deja pasar cada noche conmigo, pero aún así a veces lo manda a alguna guardia nocturna con alguno de los chicos. En eso es casos, son Embry o Paul, incluso ambos, los que se quedan conmigo un rato pasando el tiempo, después salen para recorrer el perímetro o ser relevados por algún otro.

No fue exactamente una alianza sencilla, pero todos ponían de su parte y estaba sumamente agradecida por eso, así que intentaba ser lo más útil posible e intentar relajar el trabajo para todos ellos, por ejemplo, cuidaba a mi hermana estando o no solas, siempre estaba alerta, hacia todo lo que me pedían sin chistar, preparaba comida para la manada e intentaba alegrarle un poco la guardia a cada Cullen con detalles o charlas amenas.

Quería retribuirlos de alguna manera, ya que están poniendo su vida en riesgo por nosotros sin pedir nada a cambio. Les estaré en deuda.

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Tarareo una Love on top por lo bajo mientras miro el bosque por la ventanilla del auto con la cabeza recargada en la puerta. Justo ahora estoy  en el asiento trasero del auto de Edward, ya que va a dejarnos a mi hermana y a mi con Jacob, porque todos los Cullen irán a cazar y no podemos quedarnos sin protección. Unos minutos después, estaciona su auto en el límite de territorios a un lado de la carretera, los tres bajamos del vehículo enseguida.

—¿Que no tiene camisas?—pregunta Edward molesto al ver a mi novio recargado en su auto en una pose masculina, con las manos en los bolsillos y el torso descubierto.

Santa Virgen, dame fuerza.

—Yo no me quejo—respondo enseguida sin poder dejar de mirar el torso de mi novio esculpido por los dioses. Jake sonríe haciéndome saber que me ha oído, comienzo a caminar hacia el—Nos vemos—me despido del vampiro sin mirar atrás y alzando mi mano con el símbolo de "amor y paz".

Jake extiende los brazos sonriente por lo que acelero el paso para llegar hasta el y rodearlo con fuerza, el me corresponde enseguida inhalando el aroma a frutos rojos de mi cabello. Cuando Bella se ha despedido de su novio se acerca a nosotros a paso lento y luciendo algo incomoda, Jake besa mis labios con ternura, el chirrido de unas llantas contra el asfalto resuena en el fondo. Nos separamos con una sonrisa.