Luz De Esperanza

5 1 0
                                    

Ambas hijas del dragón se encontraban leyendo en la biblioteca del castillo.
—Tuve el presentimiento que tenia que venir aquí, me esperaba una sorpresa, eras tu mi querida hermana.
—Callate, estoy tratando de buscar una página que no recuerdo, ¿dónde esta es maldita lección? —Veriana trataba de encontrar algo en su libro.
Aitiana se levantó de su silla, se acercó a su hermana, agarro su libro con mucha calma para no desatar su ira y le mostro una hoja.
—Esto es el índice, con esto podrás encontrar los capítulos de tu libro— explicó Aitiana.
Veriana observaba el índice, daba la vuelta el libro, seguía hojeando, como si hubiera olvidado leer en esos años.
Aitiana no paraba de ver su hermana, estaba alegre por su regreso, le causaba mucha felicidad que estuvieran juntas una tarde sin tratar de matarse.
—¿Qué es lo que tratas de encontrar en tu Libro Rojo? No hay mucha letra, solo dibujabas esquemas en hojas sueltas, no leías mucho que digamos.
—Necesito recordar ciertas pruebas, ya olvide muchas cosas que hacía y enseñaba a mis consejeros. Ese humano no me deja en paz, es un dolor de cabeza, quiere todo rápido. La letra entra con sangre, el conocimiento con mucho esfuerzo y la sabiduría con una patada en los huesos.
Veriana estaba orgullosa de las grandes mentes que creaba con técnicas que aplicaba.
Tenia muchos seguidores que deseaban aprender de ella, pero sus pruebas mortales acababan con la mayoría de los aspirantes.
Los sobrevivientes fueron nombrados los consejeros del mal, mentes malignas que seguían a Veriana.
La intención de Aitiana en ese momento, era crear lazos familiares con su hermana, trató de llevarse bien con ella durante toda su vida.
Era el momento perfecto para tener un tiempo de reconciliación con ella.
—¿Entonces tú deseas que el humano lea tus libros para convertirse en un nuevo guerrero de dragón? —preguntó a manera de iniciar una conversación pacífica.
El orgullo de Veriana despertó, explicar sus planes, sus descubrimientos e ideas llenaban su corazón de orgullo.
Pensar que sabia más que su «tonta» hermana, dibujaba una sonrisa en su rostro.
Se levantó de su mugrienta silla con El Libro Rojo en la mano, con esa sonrisa orgullosa en el rostro, miró a su hermana mayor como una criatura patética.
—¿Robar mis libros? Eso jamás, antes que se muera él, pero no compartiré este conocimiento libremente con un humano mortal. El último humano que adquirió mis conocimientos no lo volvieron a ver jamás— Veriana reía.
—No dije nada sobre robar. —exclamó Aitiana.
—Es por eso que La Corte Oscura llamó a este hermoso conocimiento como Prohibido. Lo llevaron bajo tierra para no ser encontrado ni leído.
—Ellos solo protegen al pueblo de las atrocidades que hacían tus amigos.
—Ahora he vuelto a casa, puedo usar mis conocimientos para entrenar a un ser debilucho. ¿Quién crees que creó todas estas técnicas? ¿Cuántas veces el reino de nuestro padre fue salvado, no gracias a los guerreros de dragón, sino gracias a mis técnicas malditas? —Veriana no dejaba de sonreír.
Más que lecciones, era todo un manuscrito prohibido. En el existían muchos gráficos inentendibles para muchos, mapas de ciudades y pueblos asediados, ecuaciones y fórmulas de pociones, esquemas, planos. No era posible entenderlos a primera vista.
Mientras hojeaba su libro, Veriana se dio cuenta de algo horrible.
Muchas páginas habían sido arrancadas, Veriana sospechaba de La Corte Oscura, llena de ira se prometía acabar con ellos un día.
—¿Qué hacen estos libros aquí? ¿Iban a acabar con ellos? ¿Arrancar sus páginas una a una para asegurarse que La Reina de La Sangre no vuelva a enseñar nunca?
—Claro que no hermana mía —exclamó Aitiana levantandose de su asiento para negar las falacias que salían de la boca de su hermana.
—¿Entonces que pretendes hacer chica tonta? ¿!Qué quieres de mi!? ¿Por qué no me dejaste podrirme en las celdas de la montaña rocosa? ¿Por qué me trajiste aquí?
—Fue por mi voluntad que volverías al castillo —con mucho miedo gritó Aitiana.
Hubo un silencio incomodo, Veriana miraba con furia a su hermana.
Aitiana cerraba los ojos para evitar contacto visual.
Una tensa calma reinaba la biblioteca en ese momento.
—Te necesito Verianita, no sabes cuantos años sufrí sin la compañía de mis pequeñas hermanitas. Todos estos años reinando sola, no tenia con quien hablar, con quien jugar, no tenia a nadie que intentara matarme
—Eso último es difícil de creer.
—No sabes cuánto las extrañé, a ti y a Sade.
—Ah, respecto a esa azul, pues, yo también extraño un poco a esa pequeña tonta...
Inmediatamente Aitiana interrumpió.
—Tienes solo una oportunidad para limpiar tu alma, presiento que ese humano puede ayudarnos. Mi corazón sabe cuando llega una persona muy útil.
—¿Estas segura? Es un humano muy débil y pequeño, es patético.
—Podrás buscar tus técnicas tranquilamente aquí, el pequeño humano no podrá venir. Siento que esta muy débil. ¿Qué le diste de beber anoche? —Aitiana tomó asiento— ¿Parece que tuvieron otra fiesta ayer verdad? Sin autorización mía, ni me invitaron, que malos que son.
—Eres una tonta. —Veriana reía.
Ambas hermanas volvieron a sus asientos, continuaban con sus lecturas, sin intercambiar palabra alguna, leían sus libros en silencio.
Veriana no tenía buenos hábitos de lectura, no podía concentrarse muy bien mientras leía.
Su mente viajaba al pasado recordando sus días de gloria, al futuro imaginando cosas, al presente prometiendo venganza.
Entonces recordó que pasó ayer.
—Ese muchacho trajo las rosas del Norte, la típica misión para principiantes, pero las rosas del Norte ya no tenían su clásico color, eran azules. A todo esto, ¿dónde esta Azul? ¿Esta arriba?
Aitiana se sorprendió al escuchar eso, cerró su libro sin antes memorizar en que página se había quedado.
—Hace mucho tiempo que Sade se fue del castillo —con nostalgia respondió Aitiana—. Ella se fue por voluntad propia, para proteger el Norte de invasores, cuidando la naturaleza mágica del lugar. Renuncio a su forma humana, decidió irse como dragón y quedarse ahí como dragón.
—Esa azul rara.
—Prefiero referirme a ella como misteriosa.
—Como sea, ¿seguirá ahí arriba? Ese color en las rosas no es normal, la energía que emana no es la misma.
—Al parecer está contagiando su magia en la naturaleza del Norte.
Aitiana se levantó nuevamente, observaba el Norte desde la ventana rota, sus ojos brillaban con una luz de esperanza, volver a ver a su hermana menor era todo un sueño.
—Bah —Veriana exclamó meciéndose en su silla—. Ella siempre fue muy extraña, perdida en su mundo, la odio por abandonar el castillo fácilmente, por abandonarte a ti.
Veriana seguía meciéndose tranquilamente, estiro sus manos y miraba al techo, recordaba a la menor con ira, pero también con nostalgia.
Veriana miraba a su hermana, la notó muy triste al hacerla recordar a su pequeña hermana.
—Bueno, esa azul debe estar haciendo muy bien su trabajo, al momento de defender algo ella siempre fue muy firme, mataba sin preguntar primero. Era más salvaje que yo. ¿Quién sería tan tonto para robar rosas azules del Norte? Ese enano no cayó, tampoco fue víctima de azul. Ese enano se salvó por poco, la próxima vez lograré acabar con él.
—¿¡Qué!? —exclamó Aitiana— ¿Acaso mandaste a ese pequeño hasta allá para morir? Con razón no lo he visto en todo el día, no despierta hasta ahora, presiento que está débil, demasiado débil, esta perdiendo energia vital. ¿Como pudo sobrevivir a semejante castigo? Insisto ¿Qué le diste de beber? Esta loca Veriana.
Veriana no paraba de reír.
—Solo quería divertirme un poco, nunca había visto a un humano tan pequeño seguir ciegamente mis órdenes. Vamos a explotarlo antes de entrenarlo de verdad.
—Eres un monstruo. Si algo le pasa a ese pequeño soñador, ordenare que te lleven de vuelta a tu castigo de mil años.
—No te atreverías.
Veriana aun seguía riendo.
—...
Aitiana se había quedado sin habla, volvió a sentarse a recuperar su lectura.
—No me arrepiento de nada —en voz baja reía Veriana mientras seguía hojeando en el Libro Rojo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 24, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Las tres reinasWhere stories live. Discover now