Todo es por vendetta

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Remus

25 de Octubre

La lluvia golpeaba la ventana de manera suave, me gustaría observarla en paz mientras bebo una taza de un buen té. Lo único que me detenía es que ya me quedé sin té y que en esta habitación nunca habrá paz.

Levanté la vista de mi pergamino para intentar descifrar en qué trabajaban tanto Sirius y James. Peter por su parte caminaba por toda la habitación cómo si tuviera la incógnita más grande del castillo. Aunque quizás sí la tenga, quizás si tengamos la incógnita más grande del castillo en nuestra mano a la espera de ser resuelta, a nuestro beneficio, obvio.

Intenté ponerme de pie sin pisar ninguno de los mil pergaminos y libros que se encontraban desparramados por toda la habitación. A primera vista cualquiera podría pensar que sólo somos estudiantes muy aplicados estudiando arduamente, lastima que la respuesta sea que no. Pensándolo bien no recuerdo haber visto estudiar a James o a Sirius, solo leen un poco y le es suficiente, viven bajo su propio engaño de que no es más que su encanto sin embargo la realidad es que son magos muy habilidosos. Algunos profesores, como el profesor Slughorn, cree que esto es gracias a qué provienen familias importantes en el mundo mágico. Yo al principio también lo pensaba, ahora sé que es mérito propio.

Mientras tanto, con Peter nos esforzamos y estudiamos diariamente como el resto de los mortales. Mi amigo dice que solo quiere esforzarse lo suficiente como para que no escuchar los reclamos de su padre, que según él, es un verdadero idiota.

—No tendrías que moverte tanto —me llamó la atención James al verme tomar asiento en el suelo con ellos—. Es obvio que todavía te duele.

—Estoy bien —mentí—. Se me adormeció un poco, no más que eso.

—Aún así no dejaremos de acompañarte a la enfermería y hacerte seguir las recomendaciones de Pomfrey al pie de la letra —replicó Sirius.

Ya habían pasado cinco días desde la luna llena. Cada vez las transformaciones se tornaban mucho más fuertes y con ellas las cicatrices. Tenía una herida profunda en la pierna que me causaba renguera; por suerte a James se le ocurrió decirles, a quien preguntara, que no es más que un simple "gaje del oficio". Hacíamos tantas bromas que a nadie se le ocurriría pensar que podría ser algo más que un simple esguince. Sólo una tonta broma que salió mal.

—Quizás la mejor zona de prueba para el mapa sea la enfermería —interrumpió Peter—. La sala común siempre se encuentra muy transitada y todavía no estamos listos para el gran comedor...

—Pero por la enfermería siempre pasan diversos alumnos y no es tan concurrida —continuó Sirius.

—Gran idea, Pet.

El verano pasado, se nos ocurrió la brillante idea de que sería más fácil poder escabullirnos por el castillo sí tan solo tuviéramos un registro de todos los corredores y pasillos secretos que íbamos encontrando hasta ahora, además de sus respectivas contraseñas.

Una idea llevó a la otra y así, hasta que finalmente llegamos a la conclusión de que la única manera de lograr algo que cumpla con las expectativas de todo lo que necesitamos era crear un mapa, uno que cubra hasta el último centímetro de Hogwarts.

A pesar de que íbamos a agregar todo esto en un mismo mapa, tendría que haber prevenido que a mis amigos la idea les seguía pareciendo muy simplista, querían ir a por más. Esa siempre fue la piedra basal de todos nuestros problemas, siempre podíamos llevarlo un poco más allá ¿Para que pegar en el techo los pupitres de una sola aula cuando podemos poner de cabeza todo un maldito piso? Sí juntar todos los hechizos de inversión, más otros de ilusión nos llevó unos meses; complicar algo que ya de por sí sonaba casi imposible nos llevaría un poco más de un año.

Las cosas que nunca pasaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora