Mientras Respire

259 12 0
                                    

Cuando llegué a Piura mi familia y amigos se sorprendieron mucho. No di detalles de mi rompimiento con Kyle, solo dije que se había acabado, les conté de mi embarazo y aseguré que Kyle no necesitaba saberlo. Mi padre estaba hecho una furia pero con los días logré calmarlo. Cuando estaban trabajando me encerraba en mi antigua habitación a llorar, no podía hacerlo frente a ellos, no quería que se sintieran mal por mí, casi nunca había llorado ante mis papás y no comenzaría ahora. Mamá siempre decía que ella me apoyaba, que podía derramar lágrimas en su hombro, pero le contestaba que estaba bien, que no era necesario.

Me había vuelto a juntar con mis amigos de colegio, los había extrañado. En especial con Bárbara, ella era una de mis amigas más cercanas, mientras estaba en Londres no perdí contacto con ella ni con su bebé. La tuvo muy joven, por eso ahora me sorprendía lo grande que era, la pequeña Macarena ya iba a cumplir ocho años en unos meses, era toda una muñequita. Cada vez que iba a casa de Barbie, me quedaba viéndola e inconscientemente tocaba mi barriga que se volvía día con día más abultada. ¿Así sería mi bebé? Ya me lo imaginaba, sería hermoso o hermosa. Lo quería conmigo, quería tenerlo entre mis brazos y que sanara el dolor que mi corazón tenía en estos momentos. Quería verlo crecer, reír aunque su padre no estuviera con nosotros.

Hablaba seguido con Jessica, afortunadamente había vuelto con George y al parecer estaban mejor que nunca. Vincent no dejaba de llamarme e intentaba hablar con su sobrinito, era tan adorable. Hace poco conversé con Jerry J., larga y pausadamente, tratando que no fuera a matar a Kyle cuando se enteró de todo, decía que cuando naciera vendría a visitarlo y que no le hiciera caso a Vince, pues él sería el tío predilecto de mi pequeño. Les preguntaba por Kyle seguido, quería saber si había leído la carta, Jess me dijo que se la había dado ni bien llegó; Jerry lamentó decirme que la dejó tirada en el camerino; y Vincent, en cambio, prefirió dejar el tema de lado.

Habían pasado tres semanas, tres semanas desde que mi mundo se desmoronó, tres semanas donde las pesadillas con las palabras que él pronuncio no me dejaban tranquila, tres semanas desde que abandoné mi corazón en Londres, tres semanas desde que no lo veía sonreír, que no veía sus hermosos ojos aguamarina derritiendo mi cordura, desde que no escuchaba un “te amo” de parte de esos labios que me incitaban a pecar. Lo extrañaba, lo extrañábamos.

Estaba aovillada en mi cuarto como solía hacer cuando mis papás no estaban y Vania estaba en la universidad, cuando tocaron el timbre. No me preocupé en cambiarme, pues desde que llegué mi pijama había resultado ser mi mejor aliada. Me puse unos cómodos zapatos y fui a recibir al invitado.

Mi rostro se descompuso al verlo ahí parado. Tantas veces lo soñé y ahora parecía que me había vuelto loca, Kyle Franklin estaba afuera de mi casa, mi verdugo, mi amado. Era el mismo hombre que amaba, pero notaba unas prominentes ojeras debajo de sus bellos ojos, al parecer como yo, no había dormido durante muchos días.

--- ¿Me dejarás pasar?- mostró una pequeña sonrisa y como un robot, aún incrédula por lo que estaba sucediendo, abrí la puerta y lo invité a entrar. Me senté en un sillón y él frente a mí, la tensión se podía sentir en el aire y el silencio impuesto no lo hacía más llevadero.

Decidí romperlo.

--- ¿Qué haces aquí Kyle?- hablé duramente, lo amaba eso era cierto, pero al verlo esa impotencia y amargura por haberle creido a Rachel me embargó.

Miraba sus dedos y jugaba con ellos, le tomó unos minutos levantar la vista y enfrentarme.

--- Emilia, perdóname- suspiró cansadamente.

Reí ante esto.

--- ¿Perdonarte? ¿Crees que viniendo hasta aquí y pidiendo perdón todo se olvidará y estaremos juntos?- mi voz sonó rota, como yo estaba por dentro. No dijo nada, solo bajó la mirada- Pues no es así Kyle, no puedo perdonarte. Me dolió todo lo que me dijiste, que no confiaras en mí.

Mientras RespireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora