Besame Noona

Veintiséis

— No entiendo

— No iba decirtelo porque no quería arruinar el concepto que tenías de él

Ambas regresamos a casa y ella me ayuda a sentarme en el sofá, se aleja para ir por un vaso de agua y al regresar me lo entrega

— Bueno, voy a contarte en realidad porqué nunca le dije a tu padre que estaba embarazada, nisiquiera se como descubrió que eras su hija.

Sigo prestado atención luego de dar un gran trago de agua

— Cuando estudiaba en la universidad, me enamoré de él, sabía que lo que hacía estaba mal, era un chico de malos pasos; pero aún así estaba muy enamorada. Seguimos con la relación aunque mis padres y amigos me repetían mil veces que lo dejará, pero tontamente creí que lo haría cambiar. Luego de meses me pidió pasar al noche juntos y acepté. Luego descubrí que estaba embarazada pero tenía miedo de  decirselo. Cuando tomé las fuerzas suficientes para decirle llegué a la universidad y lo encontré con un grupo de hombres mayores, estos le dieron una maleta. Llegué minutos después cerca de él y me ignoró. Se largó y me dejó ahí, así que decidí seguirlo un par de días y descubrí que solía hacer tratos con chinos que vendian pinturas falsas y estafaban a personas. Supe ahí que debía dejarlo, para tu bien

Mamá comienza a derramar unas cuantas lágrimas

— Desidí dejar la universidad ese año, y te tuve, con la ayuda de tu abuela volví a estudiar y logré terminar la carrera

— ¿Papá nunca te busco?

— Jamás. Me preguntó si algún día pensó en mí

— Perdón... Soy una tonta

— Debí decirtelo antes, es mi culpa — baja la cabeza

Me acerco a ella y la abrazo sin decir nada, dentro de mí siento una culpa gigante. Nunca debí decir que ella era mala, solo quería protegerme de ese hombre.

Nuestro pequeño momento de madre e hija es interrumpido por una llamada de parte del señor. A pesar de saber quien es realmente aún me siento preocupada, puede que salga lastimado o peor.

— Dame el celular — Mamá me muestra la palma de su mano para que le entregue el celular

Se lo entrego sin duda y ella contesta rápidamente

— Deja tus juegos, ella no va a caer como lo hice yo. Dejanos en paz o llamaré a la policía

— Mamá... Pero que tal si realmente necesita ayuda

— Es parte de su técnica, lo vi hacerlo con varias personas — mamá saca llamas por los ojos

— ¡Mamá! — doy un sobresalto — ¡Dejé plantados a Niki y JungWon! Debo regresar — Te amo — dejo plantado un beso en su mejilla.

Salgo a toda prisa y llegó a su casa, meto la contraseña de la puerta y me salto directo a la sala

— ¡Han Mi Yeon! Me has pegado un susto — El padre de JungWon parece haber visto al mismimo diablo

— Señor Yang ¿Qué hace aquí?

— Vivo aquí — habla con obviedad

— No, me refiero a... Está hora ¿No debería estar trabajando? 

— Bueno si, pero te tengo una noticia importante

— Antes que nada — me siento a su lado y veo que está buscando algo en su laptop — ¿Está JungWon?

— No, creo que está con Niko su amigo japonés

— Es Niki — me burlo de él sin que lo sepa