The damage is done || SukuIta

8.1K 469 49
                                    


Angst.

Leve mención FushiIta, muy leve mención GoYuu.



➳➳➳➳➳➳➳➳➳➳

– Iré contigo.

Sukuna ni siquiera volteó a mirarlo. – No, no lo harás.


Yuuji se mantenía con el rostro alzado hacia la maldición, quien yacía sentado sobre su usual torre de cadáveres. – Quiero hacerlo.

La maldición ladeó la cabeza, apoyándola sobre su puño que a su vez apoyaba sobre uno de los tantos cráneos. – ¿Por qué quieres hacerlo?

– Yo n-no lo sé. – Las palabras del adolescente se acortaban mientras intentaba formar una oración concreta, silenciándose. Bajó su rostro, ocultándolo.

Sukuna lo miró curioso. – Mocoso. – Sonrió. – ¿Acaso te has enamorado de mí?

Yuuji mordió su labio inferior, el cual empezaba a temblar.


No podía ser cierto, él no quería a Sukuna. Él lo odiaba, ¿verdad?

No podía quererlo, no debía quererlo; sin embargo, lo hacía.


Sin saber cómo ni cuándo, el niño había desarrollado un interés por la maldición, uno por el cual se odiaba cada día más, pero no podía evitar.

No podía esquivar la sonrisa que se le escapaba al escuchar la voz de Sukuna en su cabeza, atormentándolo.

No podía evitar sentir esa descarga de adrenalina y emoción junta, cuando la maldición lo atraía hasta sus dominios -en los cuales se encontraba en ese momento-.

Inclusive había empezado a justificar algunas de las acciones y atrocidades cometidas por Sukuna. Muy en el fondo, él sabía que estaba mal, pero no podía evitarlo, su mente lo había traicionado, y de la peor manera.


Al no escuchar respuesta, Sukuna prosiguió. – ¿Cómo alguien como tú pudo poner sus ojos en alguien como yo?

El silencio daba las respuestas evidentes que el pelirrosa se limitaba a soltar. Sukuna amaba atormentarlo y lo iba a seguir haciendo, hasta el último día que permaneciera a su lado.

Se puso de pie y descendió hasta quedar a la altura de Yuuji, quien se mantenía sin mirarlo, avergonzado, y mordía su labio inferior cada vez con más fuerza, haciéndolo sangrar.

Sukuna lo sabía, él siempre sabía lo que pasaba por la mente de Yuuji, y conocía esa obsesión e idolatría que el menor había formado por él. Por supuesto que la disfrutaba, adoraba el haberlo manipulado de tal manera que, Yuuji sería capaz de hacer cualquier cosa por él. Sin embargo, su futuro ya estaba escrito.


Después de poco tiempo, los otros hechiceros habían hallado la forma de sacarlo del interior de Yuuji y sellarlo. Esa noche sería la última que permanecería en el cuerpo del menor, y mañana, el último de su existencia en sí.

No había nada que Yuuji pudiera hacer, excepto irse con él.


Tomó el mentón de Yuuji y presionando suavemente, alzó su rostro.

Sukuna jamás lo había tratado bien, nunca quiso hacerlo; a él le gustaba hacerlo sufrir, le gustaba verlo llorar, amaba ver la impotencia y desesperación que sembraba en el menor, hasta el punto de destruirlo tanto emocionalmente que no le quedaban fuerzas en alguna parte de su cuerpo para seguir luchando.

All YuujiWhere stories live. Discover now