Capítulo 6

28.2K 2.4K 510
                                    

~León~

La cama está llena de libros, hay ropa por doquier y la música tan alta que es imposible que se mantenga una conversación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cama está llena de libros, hay ropa por doquier y la música tan alta que es imposible que se mantenga una conversación.

Puedo sentir los ojos de la enana sobre mí y sonrío satisfecho porque se ha quedado parada en el mismo lugar desde hace una hora, más o menos. Sé que no deja de observarme y que sigue con los brazos cruzados. Está molesta, pero es algo que me importa poco. Nada, en realidad.

Sigo escribiendo, ignorando su presencia por completo, mientras muevo mi cabeza al son del rock pesado. Lo del proyecto que tengo que entregar es mentira, pero estoy aprovechando este tiempo para llenar un repaso.

Estoy ansioso porque ya todo termine, graduarme e irme a la universidad. Estoy seguro de que mi vida va a mejorar considerablemente desde que salga de esta casa.

La música se detiene, esto provoca que pare lo que estaba haciendo y encare a la responsable de estorbar mi momento.

—Eres muy infantil —reclama, molesta, mientras agita el cable de los parlantes—. Ahora entiendo que es cierto todo lo que me contó tu papá de ti.

—¿De qué estás hablando? —inquiero anonadado.

—Me dijo que te tenga paciencia porque eres... —Hace silencio por unos segundos—. Ah, un chico inmaduro que solo piensa en sí mismo.

La boca se me abre en sorpresa por las barbaridades que acaba de decir, no puedo creer que él se refirió de esta manera de mí. Con una extraña.

—Él está equivocado, si en realidad dijo eso. —Suspiro con cansancio—. Estoy agotado, Gala, es mejor que te vayas de aquí. Puedo solo con esto.

—Pero ¿me vas a llevar mañana? —pregunta con voz suave.

—¿Tengo otra opción?

—No, pero te hará bien. —Se acerca a donde estoy y retrocedo. —Es algo importante, además, podrás relajar tu mente y respirar aire puro.

Ruedo los ojos con fastidio, aun así, la idea parece buena.

—¿Qué tanto debo conducir?

—Unas dos horas, pero no te preocupes porque haremos varias paradas y llevaré refrigerios.

Asiento.

—Bien, te llevaré. —Ella aplaude y da saltitos de alegría—. ¿Cuántos años tienes? ¿Doce?

—No, abuelo, tengo diecisiete. En unos meses seré mayor de edad.

Vaya, esto sí me ha dejado sorprendido, creí que la enana tenía menos años. 

—Sí, como digas.

—¿Y tú? —pregunta divertida.

—¿Yo qué?

Y llegaste tú © [Saga Tú: Libro 1] (Pronto En Papel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora