imPENEtrable || GoYuu

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El movimiento de manos que hizo el niño frente a su rostro para llamar su atención lo confundió. "¿Eh?"

"Le pregunté si deseaba pasar." Ladeó su cabeza. "¿Sabe? Ya es hora de cerrar, pero puedo hacer una excepción." Le regaló nuevamente una sonrisa.


De alguna extraña manera, el chico tenía una apariencia que podía lograr hipnotizarte si quisiera. Sacudió ligeramente su cabeza, reaccionando. "Eh, sí, claro."

Siguió al más joven hacia adentro del lugar. El aroma que se percibía lo reconfortó al instante; vainilla junto a un suave aroma a café.


El pelirrosa se apresuró a llegar al mostrador y le entregó una carta con la mayoría de postres y bebidas que se vendían en el lugar. "Mi nombre es Itadori Yuuji, por favor, tome asiento, y lo atenderé en un minuto."

El mayor se mantuvo sin decir alguna palabra. Él no era la persona más agradable del mundo, usualmente sus frases estaban cargadas de ironía, listas para incomodar al receptor de éstas. Pero al mirar a aquel niño, no sintió ganas de molestarlo, le gustaba la amabilidad que estaba recibiendo; además, después de tal noticia apenas y tenía ganas de hablar.

Aún seguía sin poder creerlo.

Siendo alguien super dotado, inteligente, fuerte, y lleno de virtudes y capacidades.

No volvería a hacer de uso de su gran, gran, GRAN VERG-

"Disculpe la demora, soy el único atendiendo aquí, mis compañeros ya cumplieron su turno, y este mes me toca a mí hacer el cierre de tienda." Gojo asintió. "¿Está listo para ordenar?"

El albino ni siquiera se había tomado la molestia de revisar el menú, por lo que se limitó a ordenar lo primero que vieron sus ojos. "Sip, quiero un milkshake de fresas y un pastel tres leches." El joven tomó notas en su libreta. "Y añade mucha crema chantilly extra, por favor."

El menor asintió, terminando de escribir lo solicitado. "En unos minutos, volveré con su pedido."


Satoru recorrió el lugar con su mirada, realmente no había mucho con lo cual distraerse. Había alguno que otro cuadro, además de las luces ámbar, proporcionando mayor calidez al lugar.

Posó su mirada sobre el chico que se había perdido por un pasillo, y regresaba ahora con unos cambios, ya portaba anteriormente su pantalón de tela marrón y su camisa blanca, impecable y pulcra, ahora, había añadido un delantal negro atado a su cintura y una bonita boina marrón sobre sus mechones, combinando a la perfección con su pantalón.

Le causó gracia el hecho que se haya cambiado sólo para atender a un cliente; además, se supone que el lugar ya debería estar cerrado, pero no le tomó gran importancia.

El vacío del lugar lo incomodó, por lo cual tomó su abrigo y fue hacia la barra. No era tan cómoda como los otros asientos, pero al menos no se sentiría solo en todo el establecimiento. Pudo observar cómo el chico preparaba con torpeza su pedido; por su mente pasó si habría sido buena idea entrar a esa hora al lugar, y si lo que estaba realizando tendría un buen sabor.

El sonido de la licuadora lo distrajo, se quedó mirando como las bolas de helado, las fresas, la leche y los cubos de hielos eran triturados. Su gusto por las cosas dulces era realmente fuerte.

El pelirrosa tomó un vaso alto y empezó a servir la mezcla, cortó un par de fresas y antes de servirlas, se dispuso a agitar el bote de crema chantilly para echarlo sobre el batido.

Uno.

Dos.

Tre-Maldición.

En cuestión de segundos, el rostro del chico se encontró cubierto por una espesa capa de crema blanca.

All YuujiWhere stories live. Discover now