3

1K 150 38
                                    

──¡¿Que le hacemos?! ¡¿Y si llega Boa?! ¡¿Lo tiró otra vez por la ventana?! ¡¿Zoro que hago?!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

──¡¿Que le hacemos?! ¡¿Y si llega Boa?! ¡¿Lo tiró otra vez por la ventana?! ¡¿Zoro que hago?!

──Mira hay algo en la bolsa. ──Comentó el camaleón restándole importancia a el otro azabache que estaba medio muerto. ──Mira brilla.

──Aver  ──El de la yutaka cambio muy rápido su expresión, si de un momento paso a estar casi arrancándose los cabellos a estar fascinado con el objeto que estaba en la bolsa del desconocido.

El muchacho se acercó a está y la tomó entre las manos, de allí sacó un objeto brillante  con algunas piedras rojas adornando. Miró a su amigo como para que le dijera que era éso pero el otro ya no estaba, suspiro y se encamino al espejo. Al llegar a allí se la puso de diferentes formas; en la muñeca, en los pies, cómo un colgante en la cintura, en el hombro.

──Se pone en la cabeza Luffy.

──Ah, muchas gracias. ──Este se lo puso como le estaba indicando su amigo y se miró nuevamente al espejo. ──¿Y para que sirve?

──Las usan los reyes, reinas y creo que también las princesas.

──Y ya, solo sirve para éso.

──Creo que si.

Este sin mas la aventó a algún lugar de la torre, pero el camaleón en seguida fué a esconderla ya que la hermana de luffy luego los podría regañar y la verdad el no estaba para los regaños de ésa mujer. Sin saber como regreso con luffy,  dónde notó que este estaba revisando al extraño que había entrado, le revisaba la boca al igual que parecía decepcionado.

──No tiene colmillos...

──Aja.. bueno y en dónde lo vas a poner o que le vas a hacer.

──Lo iba a dejar abajo de mi cama. ──Admitió el azabache metiéndose un dedo a la nariz. ──O también lo iba a dejar en el baño.

──No sería muy obvio además que si boa llegará a venir nos preguntaría qué hace aquí. ¿Y si mejor lo cortamos?

──¿Sabes usar espadas?

──Si, pero es una lastima que aquí no allá.

Los dos amigos se llevaron una mano a su barbilla y se pusieron en una pose pensativa, dónde podrían poner a el nuevo.

──¿En el armario?

──No, allí estamos tu y yo. ──Derrepente  al camaleón se le prendió el foco, y le susurró su idea a el humano de cabello largo. ──Que dices.

──Hagámoslo shishishi.

Y el jóven de yutaka empezó a atar con su cabello al otro muchacho, mientras que zoro observaba si no llegaba Boa de casualidad (Ya que está aveces llegaba a ser algo olvidadisa) Después de tenerlo atado de manos y pies el jóven trajo una silla y lo sentó para luego darle unos toques finales a los nudos. Y listo el joven de las ojeras quedó atracado en la silla aún inconsciente ya que si llegaba a despertar los otros le harían preguntas o lo que sea.

𝐄𝐧𝐫𝐞𝐝𝐚𝐝𝐨𝐬 Where stories live. Discover now