Coño Joven, Conoce Polla Cansada.

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"Rompamos cadenas y quitémonos esos engaños. Ha sido un buen polvo, pero ella no querrá otro, así que no seas tan guilipollas e idiota, como para pensar que ella querrá algo más" me dije. Mientras ella estaba en la cama desnuda. las luces se reflejaban en ella, en cada centímetro de su piel, en sus huesos que cubría la misma, en sus venas, en su sangre palpitante, en ella. Intente pensar en cualquier otra cosa que no fuese en ella. me podría ir pensé, pero enseguida saltó un pensamiento que me hizo terminar de darme cuanta de lo idiota de esa idea. "esta es tu casa". Los condones estaban tirados, por el suelo, junto a la ropa que había sido descurtizada de el cuerpo,en ese asesinato de pasión que yo llamaba hacer el amor. Ella se despertó.

-Buenos días, aunque para ser sincera, no creo que sea tan bueno como la noche.

Mientras lo decía puso una sonrisa que había visto en pocas mujeres, de deseo. Pero en ella era otra historia. Ella podría hacer que se le emparamara a un comatoso y surgió efecto en mí, ella lo noto y lo agarró, primero con las manos y al rato con los pies a pesar de estar recién levantada, parecía acordarse de cada una de las cosas que paso durante la madrugada. No sé qué hora sería, ni cuanto estuvimos más pero cuando quise mirar la hora.

-Es la una de la tarde, deberíamos irnos.

Ella salió de debajo de la manta.

-¿No te han enseñado nunca que a alguien con la boca llena, no se le habla? solo se espera a que termine.

-Culpa mía.

La una y media.

Ya habíamos terminado, un polvo de tantos que había perdido la cuenta y en solo una noche. Cuando digo que esa chica era caliente, creo que me quedo corto, ella podría quemar toda Galicia y país Vasco con simplemente mirarte los ojos.

Me vestí, ella se vestía lento para ver si conseguía desvestirme pero me mantuve fuerte a pesar de que necesitaría un día de cama y tres litros de agua. Echar tantos polvos de seguido, te deja peor que después de una resaca, aunque sin dolor de cabeza, claro.

-¿Has visto mis bragas?

Repase de un vistazo la habitación y las encontré, unas bragas negras, preciosas de encaje, hacían contraste con el verde de mi Olivetti 46.

-Están allí, justo al lado de mi oliv...mi máquina de escribir.

-Se lo que es una olivetti estúpido.

Las cogió y se las puso, era un espectáculo observar cómo se vestía. Como las bragas pasaban sobre sus piernas, entre ellas, y acababan posadas finalmente, por su joven coño.

-¿sabes?me sigue pareciendo bueno

-¿Bueno el que?

-Cómo desearías que dijera tu polla, pero me refiero a lo que habías escrito.

-Dime, por favor, que en mejor calidad gana mi polla.

Ella rió echando la cabeza un poco hacia atrás. Sin exagerar, pero era un gesto de lo más adorable, pude ver como sus ojos azules se inundaban por la risa.

-Mira que eres tonto pero, hablo enserio. Lo que ayer me leíste es bueno ¿por qué no se lo envías a alguna editorial o algo?

Era gracioso. Todo el mundo pensaba que ser escritor era simplemente escribir algo que fuese medianamente bueno y ya. Como si la escritura no fuese una daga, que al poco contacto con ella cortas y al largo te cortas.

Pero a ella no le podía decir nada de eso, ni siquiera le podía decir que teníamos que irnos rápido: porque estábamos en la trastienda de la tienda de mi padre y él podría llegar en cualquier momento.

-No lo aceptarían.

-Pues yo creo que si, podrías enriquecerte, hacerte rico de tu escritura.

Siempre solían decir eso, también que si llegabas a escribir algo muy bueno te harías rico, pero yo me imaginaba más siendo un Bukowski, gastando todo mi dinero nada más tocara mis manos, enviando al cuerno a cualquier editor o editorial por diferencias creativas. Me imaginaba enganchado al alcohol nuevamente y cuando bebía,lo que menos hacía era escribir, aunque siempre me sentía llevado a la botella por las mismas razones por las que hoy me encamino al folio ,pero no se lo dije.

-un vagabundo con dinero... es un vagabundo al fin y al cabo y yo, hace tiempo que vago sin rumbo.

Ella terminó de vestirse y la acompañé hasta el tren.

-me lo he pasado genial esta noche-dije, mientras le sonreía. Debí parecer tan idiota-

-Yo también me lo he pasado genial.

Nos dimos un abrazo cálido. Que hacía que el otoño, con sus hojas, que bailaban muertas, quedasen ensordecidas. En realidad parecía que toda la realidad, quedase paralizada. Nos dimos un beso, lo bastante largo para cualquiera, demasiado corto para estar hablando de ella. Cuando me empecé a alejar, escuché como gritaba mi nombre y siguiéndole a mi nombre, la siguiente oración "espero que te endereces y poder decir a todo el mundo que una vez me tiré a un escritor"sonreí y me fui alejando de ella.

Páginas Arrancadas De Un Mal DiarioWhere stories live. Discover now