Capitulo 2

4 0 0
                                    


Corro, corro y sigo corriendo intentando seguirle el paso a una cosa rara en un bosque todo irregular, bueno no irregular porque así es un bosque y de hecho está muy bonito... pero pierdo el punto, me estoy cansando llevo aproximadamente cinco o diez minutos persiguiendo a la cosa, sentía el aire faltarme en los pulmones, mi garganta dolía pues estaba muy seca tanto que casi juro poder sentir como si tuviera arena en la boca y ni se digan las piernas, solo se movían ya por mera inercia y porque huevos ¿Porque no? Vale, quizá no tan así, pero lamentablemente no pude continuar, me detuve de sopetón casi cayéndome de frente hacia el suelo sosteniéndome solo porque logre detenerme en un árbol de un color extraño. Cansado, mareado, adolorido y sin aliento me detuve y senté encima de las raíces de este peculiar árbol, mi cabeza daba vueltas y el pecho me dolía, subía y bajaba con fuerza con cada inhalación de mi parte sintiendo como por más que respiraba el aire simplemente no terminaba de llenar mis pulmones y por ende el oxígeno no circulaba adecuadamente sentía como si un boxeador profesional me hubiera golpeado brutalmente en el abdomen sacándome el aire o quizá como si me hubieran atropellado con un coche, lo cual me recuerda a cuando choque contra uno algo gracioso a decir verdad, pues yo iba corriendo a una velocidad decentemente alta y el coche se me atravesó lentamente (supongo yo que apenas iba arrancando pues no se movía para nada rápido) y paso, simplemente iba corriendo apresurado y para cuando me di cuenta deje una bonita abolladura en un costado de ese auto, no me di tiempo para terminar de analizar lo que paso ni a que el dueño saliera para mentarme la madre, simplemente seguí corriendo como loco hasta llegar a donde tuviera que llegar, ya no recuerdo muy bien. Pero que pierdo el punto nuevamente a lo que me refiero es que hace mucho que no hacia ejercicio pero madre mía, se lo que estás pensando y concuerdo, debí haber soltado los libros un poco y trabajado más en mi condición física en lugar de simplemente mantenerme estable y lejos de la gordura, ¿De qué sirve una buena mente buena si... no, buena mente no ¿Qué tenía yo de bueno? No importa ya.

Mi respiración se relajó de a poco, no pude evitar tomar un poco más del agua que me quedaba la cual por cierto ahora ya nada mas era un octavo de botella, en resumen casi nada, pero dejando de lado mi situación crítica de agua y la futura y muy posible deshidratación que enfrentaría más adelante, me decidí por mirar detenidamente al extraño árbol en el que me había detenido, lo digo no por su extraño color grisáceo oscuro casi negro y de unas curiosas hojas aguamarina que comparado a otros árboles del lugar, este es el único que destacaba por tales características, su madera no presentaba ningún patrón en particular, se sentía dura en su corteza, pero extrañamente flexible en las ramas más bajas aunque no sé si podría decir lo mismo de las ramas altas, ni de puntillas podría alcanzarlas, aunque de tanto mirar sus ramas y hojas note algo que sinceramente es obvio y que hasta ahorita me anime a observar con más detenimiento.

En algunas de las ramas había frutas parecidas a las cerezas, lo digo por la forma porque en color pues... bueno ¿Las cerezas son turquesa? Nop, pues estas cosas si, ni idea del nombre ni de cómo se sienta al tacto y a que sepa pues están relativamente fuera de mi alcance, literalmente si salto alcanzo a rozar unas con la yema de mis dedos pero nada más. Me aleje del árbol tranquilamente, no creo que sea buena idea seguir comiendo cosas raras de este bosque raro, podría terminar envenenado o peor lleno de protozoos ¡O peor! Podría acabar con una tenia de 20 metros en mi intestino, no y no, mejor seguir con mi camino cualquiera que sea este, definitivamente no estoy en mi ciudad, ni en mi país y a juzgar por la criatura que corretee durante unos minutos definitivamente no estoy en mi mundo, así que supongo que me conformare con encontrar algo de civilización y rezar por que sea amigable, mire hacia arriba al cielo para atenuar esto último, "Sé que no soy el mejor pero porfa échame la mano, que de hecho ¿Qué chuchas hago aquí? ¿Algún experimento tuyo de a ver qué pasa? O... olvídalo solo no me dejes morir de hambre, cualquier otra cosa menos eso." Divague en mi mente cuando justo como si hablara del diablo este se apareció en forma de hambre y mi cuerpo hizo lo suyo generando un gruñido que no era necesario escucharlo con el solo hecho de sentirlo ya sabía que tenía que comer pronto pero a mi estómago le pareció agradable la idea de hacer el gruñido más asquerosamente alto posible, viéndolo del lado amable, capaz espante a algún depredador, digo, capaz de lo alto y feo que sonó yo digo que espantaba mínimo a un tlacuache o a un lobo muy mansito, porque me esfuerzo ni a un chihuahua engaño.

Cronicas de LaztevWhere stories live. Discover now