Narra Ana
Otro día más sentada en la mesa del comedor aun que hoy algo se sentía raro, no me sentía con tantos ánimos como para hablar así que solo me límite a escuchar la conversación de Marco y Luna, no entendía mucho de lo que hablaban pero era divertido ver como es que discutían por cosas tan insignificantes.
Cuando de repente mire para un lado observe a Matías de la mano con Aiko, la verdad que ya me había acostumbrado a verlos, dolía claro que si pero ese dolor solo se estaba volviendo en melancolía que tarde o temprano desaparecería; mis nervios empezaron a subir cuando observe a Aiko mirarme y dirigirse a mi dirección, sentí como el alma se me salía del cuerpo, cuando de pronto estab frente a mi jugeteando con su pelo y la verdad que no me esperaba una charla "amistosa"
Aiko- vaya vaya mira a quien tenemos aquí, Ana ¿cuanto tiempo?.
Ana- amm hola.
Aiko- ¿oye y que tal se siente ser la segunda he?.
Ante aquella pregunta me quedé helada, simplemente las palabras no salían, todos estaban viéndome incluso Marco y Luna no supieron que hacer.
Ana- amm ¿disculpa?
Aiko- si pequeña zorra, ¿que se siente ha?
Ana- ¿Ahora la zorra soy yo?, no pienso discutir contigo Aiko ya tienes lo que quieres, dejame en paz.
Cuando menos lo esperaba Aiko estaba encima de mi vertiendo su malteada sobre mi cabeza, la verdad que no sabía cómo sentirme estaba en sock hasta que depronto mi brillo de luz apareció.
X- vaya Aiko, no sabía que eras toda una bully
Aiko volteo lentamente y observo esos ojos penetrantes.
De pronto mi voz resonó con sorpresa nombrando a esa chica que emitía mucho enojo.
Ana- Reni no vale la pena.
Renata- Aiko es mejor que muevas tu diminuto trasero por donde veniste si no quieres que todo el mundo se entere de la verdadera persona que eres.
Aiko- Eres una perra.
Renata- cariño soy la mejor perra de aquí.
Aiko camino tan rápido enfurecida.
Renata- hay Ana, no entiendo por que aún sigo defendiendote.
Ana- ¿será por que eres mi mejor amiga?
Solté una risa burlona y nos dirigimos al baño para poder limpiar la malteada de mi cabello.
La verdad es que Renata y yo no éramos ese típico estereotipo de amigas, era un tanto rara ya que podíamos pasar semanas sin hablar
pero cuando más nos necesitamos estábamos ahi como si una especie de imán nos atrallera, era mi brillo de luz.
