Toda tu vida fuiste víctima de los experimentos de All for One, sin embargo, un día logras escapar y tras ser salvada por unos héroes consigues convencer al director Nezu para entrar en la U.A. a pesar de que ya sobrepasas la mayoría de edad. Tu obj...
Este capítulo sucede justo detras del número 62 y antes del epílogo ya leído. Este final alternativo está escrito para todo/as aquello/as que quedaron insatisfechos con el original.
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Eri: ¿Dónde está mamá? -dijo con una mirada triste al ex héroe número 1-
All Might: Eri ¿por qué no vas con Mirio a jugar?
Eri: Quiero que me digan dónde está mi mamá.
Mirio: Eri-chan vayamos a por manzanas.
Tomó la mano de la pequeña para llevarla a otro lugar. Ella no había dejado de preguntar acerca de ____ en esos tres días, nadie le daba una respuesta. Llegaron a la cocina y el rubio le mostró una roja manzana que la niña tomó entre sus manos con la mirada aún triste.
Eri: Mirio... mamá... ¿por qué nadie me dice dónde está mi mamá? -las lágrimas asomaron- ¿Qué le ha pasado a mamá?
La niña lo miraba de forma suplicante, necesitaba saber qué es lo que le pasaba a su madre. El rubio al ver aquella mirada no pudo contenerse más, le habían estado mintiendo tanto tiempo que pensaba que eso era mucho más duro de soportar para la pequeña que afrontar la verdad.
Mirio: Lo siento pequeña... ____ ya no está con nosotros...
Eri: ¿Mamá?...
La manzana cayó al suelo y comenzó a rodar mientras las lágrimas inundaban el rostro de la peliblanca. Ella sintió su mundo caer. Su madre ya no estaba con ella. Se había ido para siempre. Corrió hasta su habitación encerrándose en ella.
Eri: Me prometió que volvería... que seríamos una familia... mamá... no me dejes, no me dejes, por favor vuelve...
Lloraba sin parar mientras abrazaba su almohada. Desde el otro lado de la puerta trataban de calmarla y que la pequeña saliera por su cuenta, pero comprendieron que igual necesitaba estar sola.
Demasiado fue lo que se confiaron. La pequeña salió de su cuarto al comprobar que no había nadie y comenzó a correr hacia el hospital. Sabía perfectamente el camino, pues desde que fue rescatada había pasado ahí la mitad de su tiempo.
No sabía donde se encontraba su madre, pero siguió corriendo por todo el hospital ignorando las miradas de todos. Seguía una extraña vibración que calaba por su pequeño y débil cuerpo.
Llegó a un pasillo donde apenas había gente. Hacía frío, demasiado para su gusto, aquella sensación le recordó cuando estaba cautiva y la odiaba. Sus ojos rojos y llorosos se detuvieron enfrente de una puerta con un letrero que consiguió leer.
"Morgue"
Casi sin dudar llevó su mano al frío pomo y abrió la puerta adentrándose en aquella sala de los muertos. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando cerró la puerta. Era un frío sobrecogedor, incluso resultaba sofocante junto con el silencio ensordecedor. Su cuerpo temblaba, tenía miedo, pero no por aquel lugar, sino por lo que iba a ver.
