20.- Visitas desde el otro mundo

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El Rey de Gondor masajeó sus sienes y no pudo evitar lanzar un gruñido, acto seguido miró airadamente la puerta. La pequeña bola negra que asomaba su cabeza pareció avergonzada y volvió a esconderse tras la puerta, pero la persona que sostenía a la bola sobre su cabeza... miraba muy enfadada en su dirección. El adolescente de once años era todo un príncipe, su cabello negro con destellos en plateado llegaba hasta sus hombros tras el se podían llegar a ver también las orejas puntiagudas que había heredado de su "madre" así como también la belleza innata y el brillo excesivo de la piel. Sin embargo, el ceño enfadado estropeaba toda belleza que el muchacho pudiera tener.

"–" /¿Qué deseas, Eldarion?/ Aragorn tuvo que usar todo de sí para no gruñirle a su primogénito.

El muchacho carraspeó, tomó a su mascota en sus brazos y entró al despacho privado de su padre, para luego cerrar la puerta. Caminó con el porte digno del heredero al trono que él era y se sentó frente al escritorio de su padre.

"–" /¡Sabes lo que quiero!/ Chilló arruinando todo su despliegue anterior. "–" Deseo ir a ver a Ezellahen!/

Aragorn suspiró.

"–" /¿Cuántas veces quieres que te lo diga?/ Habló con paciencia. "–" /Aún no hemos recibido noticias del otro mundo... ¿Cómo quieres que te permita que vayas, si ni siquiera sabemos si han llegado con bien?/

"–" /¡Pero han pasado dos semanas desde entonces!/

"–" /Escucha, hijo.../ Lo miró seriamente. "–"/... Sé que extrañas a tu amigo, pero eso no significa que yo voy a enviarte a una peligrosa travesía solo porque quieres verlo. Cuando tengamos noticias.../

"–"/ Sé que el abuelo Elrond te mandó una mensaje diciéndote que mis tíos van a viajar por el Portal para averiguar que está pasando/ Eldarion interrumpió a su padre, con la misma mirada intensa. "–" /Por favor, papi. Déjame ir/ Gimoteó, haciendo que sus ojos brillaran con una luz extraña. Parecía un cachorro perdido.

El mayor volvió a suspirar y enterró su cara en sus amplias manos. Luego miró a su hijo con los ojos angostados.

"–" /¿No vas a ceder en esto, verdad?/ Su voz sonaba casi dolorida.

– No – Sonrisa.

"–" /¡Oh, por todos los Valar! ¡Está bien!/ Llevó sus manos al cielo, preguntándole a los Dioses porqué le dieron un hijo tan insistente. Si bien esa actitud podría ayudarlo y serle muy favorable cuando él le cediera la corona, pero ahora no hacía más que exasperarlo. "–" /Prepara tus cosas, te irás a Rivendel con una escolta. Allí esperarás noticias y, si tu abuelo te lo permite, viajarás a la otra dimensión/

– ¡YAI! – Chilló y abrazó a su mascota negra. "–" /¡Voy a preparar mis cosas!/ Dicho eso, salió corriendo del despacho, casi llevándose por delante a su padre gestante.

Legolas enarcó una ceja, mirando como su hijo corría, como si un orco estuviera tras su cuello y después se giró para enfrentar a su marido. Aragorn tenía una mirada de angustia, pero también parecía aliviado.

"–" /¿Al fin sus gimoteos han cumplido efecto?/ Preguntó en tono burlón, mientras se acercaba a su esposo. Aragorn le tiró una mirada oscura.

"–" /Te agradecerías que no bromearas con eso/ Masculló, mientras atraía con brusquedad la cintura de su esposo, para sentarlo en su regazo. "–" /Probablemente habrías hecho igual, eventualmente, si es que tuvieras que aguantar su gimoteo. No sé de donde ha sacado esa actitud tan... no-real/

EzellahenWhere stories live. Discover now