Prólogo

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Hacía frío en las calles de Tokio. Muy entrada la noche, la joven castaña no hacía más que correr y correr, hasta el punto de casi perder el aliento. Se había metido en un buen lío sin ella siquiera quererlo. El bastardo de su novio (ahora ex), la había entregado como si fuera una cualquiera a una banda de maleantes del barrio.

La banda la había sujetado de pies y manos intentando forzarla a hacer algo que la marcaría de por vida, pero como si de un milagro se tratase, aprovechó una pequeña distracción para huir. Ya no había apenas gente en las calles, y lo que quedaba eran todos hombres de mediana edad, borrachos hasta las cejas que podrían suponer un peligro incluso mayor para la joven.

Ya sin poder respirar, no tuvo más remedio que aminorar el ritmo, y los mismos 5 chicos que la perseguían llegaron hasta ella. Ella comenzó a gritar desesperada, le taparon la boca y la llevaron hasta un callejón. Uno de ellos sacó una navaja, no pudo verla bien debido a la oscuridad, pero el tenue brillo de las luces nocturnas se reflejó en ella tan breve como un relámpago.

La joven no podía más que suplicar clemencia, ella no quería nada de eso, pero los chicos estaban tan metidos en el tema que parecían no escuchar ni pensar. El chico de la navaja acercó esta a su cuello, lo suficiente como para crearle un corte por detrás de la oreja. Ella empezó a sollozar sin fuerzas ya para gritar más. Quería morirse allí mismo. No soportaba más esa situación. Al final perdió todas las fuerzas y decidió que lo mejor era acabar esto cuanto antes.

– Veo que lo has entendido – dijo uno de ellos.

Entre el resto empezaron a quitarle las prendas inferiores, ella solo pudo llorar en silencio y dejarse hacer hasta que estuvieran contentos. Al fondo del callejón se escuchó un estruendo tan fuerte que los cinco chicos que la aprisionaban no tuvieron más remedio que girar la cabeza.

Al fondo se encontraba alguien a quien todos temían. Ella misma notó el temblor en las manos de sus agresores. Baji, quien los miraba con una ira tan profunda como su cara le permitía, dijo algo que la joven no escuchó. El tipo a su lado que ella conocía de fotografías se acercó con la misma cara de rabia que él, sujetó a la joven y la cargó en sus hombros. La alejó de aquel sitio, ella simplemente no quería pensar. Al menos sabía que estaba a salvo.

Ambos se alejaron del callejón cuando escucharon a Baji comenzando a lanzar puñetazos a aquellos chicos. TN, sintiéndose ya más segura, se desmayó en la espalda de Chifuyu mientras este la sostenía.

– Pobrecita, el miedo que has tenido que pasar, pero tranquila que no los volverás a ver – dijo el rubio antes de que TN perdiera la consciencia.

Pasaron, los minutos, o algunas horas, TN no estaba segura, y escuchó unas voces hablando. Poco a poco fue retomando la conciencia. Estaba tumbada en un sofá, en lo que parecía un almacén abandonado (seguramente de propiedad de la Tokyo Manji), a su izquierda se encontraba Baji con aquella sonrisa despreocupada, hablando con Chifuyu mientras le vendaba las manos.

– Te has lucido, ¿eh? – dijo Chifuyu. Baji se limitó a sonreír y giró la cabeza hacia donde estaba TN, justo cuando esta intentaba incorporarse en el sofá.

– ¡Ah! Ya te has despertado, TN.

– ¿Te encuentras bien?

TN asintió con la cabeza y empezó a llorar desconsoladamente. Baji sonrió de lado y Chifuyu se puso algo nervioso, ya que no estaba acostumbrado a ver a chicas llorar.

– Tranquila, esos capullos no te volverán a tocar ni un solo pelo.

TN volvió a asentir, se hundió un poco en el sofá, notaba las manos temblar de nerviosismo y se las llevó a las rodillas, algo avergonzada. Al bajar la mirada, pudo ver un rastro rojizo en su camiseta y se llevó las manos a la cabeza, todo empezaba a darle vueltas. Descubrió un parche puesto detrás de su oreja. Estaba tan bien puesto que parecía casi profesional. "Experiencia, tal vez", pensó TN. Fue ahí cuando recordó el corte de la navaja.

– No te preocupes, TN, ahora todo está bien. Solo nos falta saber quién te metió en todo esto.

– Ah... Te lo diré todo.

Y desde ese día, algo en TN cambió.

En el momento justo [Baji x TN]Where stories live. Discover now