29: Riñas familiares

Start from the beginning
                                    

-No seas maleducado- una voz baila por el lado de Remus, el que voltea a ver a la chica -, papá- la castaña se saca el abrigo, dejando ver su vestido. Precioso. Era negro, algo corto, un escote lineal hasta el bajo pecho y con varias piedras de diseño -. Hola.

-Hola..- Fred alza las cejas al verla. Su maquilla esta vez no es simple, tiene la lineal del ojo pintada de negro, mucho rímel y gloss de labios transparente. Estaba tan guapa que podría desmayarse.

-Sí, hola- Remus se va del lugar, yéndose hacia la cocina para saludar a la matriarca Weasley, que estaba batiendo algo del postre. Aunque, un ojo iba para vigilar a su hija, que aún se encontraba en la puerta con Fred.

-Q..que guapa..- traga duro y sonríe levemente.

-Grac..

-Hola- una voz masculina interrumpe a Ylenia, el hombre se coloca al lado de ella y suspira -, Fred- asiente con la cabeza y sonríe forzadamente.

-Hola, Ed.

El Lupin asiente, agarra del brazo a su hermana y la obliga a caminar con ella hacia dentro de la casa.

-¿Qué haces?- la chica intenta zafarse de su agarre, pero es imposible, el hombre lobo tiene demasiada fuerza -. Suelta, Ed.

-No hables con Fred- dice, y la suelta.

-¿Disculpa?

-Que no hables con él- repite, susurrándole con cara de enojado -. Hazme el favor y quiérete un poco, ten dignidad y no hables con esa comadreja que te engañó y te mintió por tanto tiempo que ni tú te diste cuenta.

Ella calla. Escuchar esas palabras de su hermano no era demasiado agradable que digamos. Se sentía mal, como si le estrujasen el pecho con cuatro manos a la vez.

-Por favor- dice el mayor, apretando los labios -, es que no te das cuenta, Elizabeth. Él no te quiere, y nunca lo ha hecho- sus palabras son como una afilada daga que poco a poco va encontrando su corazón -, si tú quieres a una persona no la engañas de esa manera, ¿o sí?- la menor ni siquiera se atreve a decir una palabra, sabe no puede pronunciar una frase sin que su voz se quiebre -. Piensa un poco en ti.

-Es lo que hago- y exacto, su voz suena en susurro, quebrada por el pequeño dolor que le habían causado sus palabras.

-No vayas a llorar- frunce el ceño y suspira, metiendo las manos en los bolsillos -. Te he dicho la verdad y he sido bastante claro.

-Ya veo- sonríe falsamente -, guárdate tu sinceridad donde te quepa, Ed, de verdad- niega con la cabeza y se marcha de su lado para saludar a Molly, que hablaba con su padre.


Se echa agua en la nuca, intentado calmarse. Las palabras de su hermano le habían sentado demasiado mal, demasiado. Ella intentaba estar bien, sonreír y pasarlo bien, simplemente eso, pero no la dejaban hacerlo. Si no le bastaba con su padre, ahora también era su hermano.

Dan dos toques a la puerta, llamando su atención.

-Ya salgo- rápidamente se limpia las manos. Se mira al espejo, observando que todo se vea bien, suspira con pesadez y abre la puerta del baño para salir.

-Yle.

La castaña mira al alto pelirrojo -Charlie, hola- sonríe levemente y él se acerca a dejar un beso en su frente -. Ya puedes entrar.

-¿Qué te pasa?

-¿Hm? Nada

-Tienes mala cara.

-¿Mala cara? Oh, gracias.

-No, mujer- ríe, causando que ella ría con levedad -. Digo, no te ves de muy buen ánimo.

Perfidia || FW || +18Where stories live. Discover now