-Te amo...-
Ash y May, dos chicos que viajaron juntos, quienes llegaron a despertar sentimientos más allá de su comprensión. Se reencontraran después de tantos años, en un gran Festival al que fueron invitados.
Siendo ya grandes celebridades, habien...
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Bienvenid@, ahora mismo nos encontramos en el mundo Pokémon, si, ese mundo lleno de criaturas mágicas que tanto te gustan, pero para ser más específico, estamos en la región Hoenn. Allí se en encuentran dos chicos de 12 años: Ash y May, los cuales llevan una gran amistad y muy en el fondo... algo más.
Nuestros queridos héroes se levantaron con el cantar de los pájaros y los rayos del sol, era hora de empezar un nuevo día en Hoenn para buscar medallas, batallas y salvar el mundo.
— Buenos días a todos—bostezó la castaña saludando a los demás.
— Buenos días May—contestaron.
— Oye May, ¿Me ayudas a levantar el campamento? —pidió el azabache mientras levantaba sus cosas.
— Claro Ash, ahí voy —asintió la castaña dirigiéndose hacia Ash.
Mientras estos dos levantaban el dichoso campamento, Brock hacía el desayuno para los chicos y los Pokémon mientras Max lo ayudaba. Ya después de haber levantado todo, los chicos comenzaron a desayunar las tan famosas comidas del moreno.
— ¡Estuvo muy rica tu comida Brock! —exclama May muy complacida por el desayuno.
— May tiene razón Brock, tu comida es la mejor —dijo Ash dándole la razón a la chica.
— ¡Oigan chicos! ¡Les recuerdo que yo también ayudé! —increpó Max, a lo que Ash respondió.
— Max, por Arceus, tu solo le ayudaste a cortar las papas.
— ¡Corrí el riesgo de cortarme! Aunque en efecto, Brock, le puso mucho empeño y cariño a la preparación de esa comida. Y espero algún día preparar comida tan deliciosa como la que a hecho Brock.
— Wow, gracias chicos es muy amable de su parte —agradeció un Brock muy alagado.
— Espérenme chicos, en unos segundos vuelvo —Max se había levantado para verificar algo.
— ¿A qué ira? —preguntó intrigada la castaña viendo como se alejaba el menor y luego volvía.
— Miren ahí viene.
— Como lo sospeche —declaró el menor con pose pensativa— ya no nos quedan provisiones.
— ¡Cierto se me olvidó!, pero aún tengo cosas que hacer —el mayor pensaba un poco la situación, hasta que al fin se le ocurrió algo— ya sé —chasqueó los dedos— ¿Ash, May?
— ¿Qué pasa amigo? —dijo el azabache con una amable sonrisa.
— ¿Podrían May y tu ir por las provisiones si no es molestia? —solicitó el moreno esperando una respuesta positiva de sus amigos.
