Capítulo 4/Parte 1

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22 de septiembre

Querido Diario:

Me quedé dormida otra vez, de modo que estoy escribiendo en el banco de la parada de autobús. No sé qué me pasa. ¡Esta mañana eché a perder una excelente oportunidad para escapar de Lavender House! Mamá me preparó quacker con canela. La última vez que gocé de semejante privilegio tenia diez años. Indicio más que evidente de que la preocupación por mi la estaba matando. De todos modos, había empezado a comer mi cereal cuando papá se presenta en la cocina y desparrama su pesada osamenta sobre una de las sillas. ¡No podía creerlo! Hacía años que no compartía el desayuno conmigo. Y empezó con la perorata de que, por muy ocupados que estuvieran él y mamá, me querían mucho, que lamentaba que me hubieran impuesto servicios comunitarios, pero que así yo aprendería a responsabilizarme de mis actos… bla, bla, bla. Todo eso venía a que querían saber qué era lo que me estaba molestando. Y fue entonces cuando lo embarré todo. Dejé la cuchara, tomé mi mochila y les contesté que todo estaba BIEN. Estas fueron mis palabras textuales: “Oh, no se preocupen por mi. Solo tengo que acostumbrarme a mis nuevas actividades”. Tampoco fue muy brillante de mi parte engullirme todo el cereal que mamá me preparó. Mis padres parecían haberse quitado un enorme peso de encima. Qué estúpida, ¿no? Nunca podré salir de ese lugar. No puedo creer que haya sido tan idiota.

Después de eso, mi jornada fue cuesta abajo. Durante el almuerzo, Mahogany me dijo que, después del partido del viernes por la noche, Taylor la llevaría a cenar.

NO ME OLVIDES (Matthew Espinosa y tú)Where stories live. Discover now